Desde Roma
En momentos en que la seguridad (y el secreto en la toma de las decisiones) pasa a estar en el eje de las discusiones, cada vez más cobra importancia lo hecho por Il cerchio magico. El circulo mágico, en italiano. Así es como se lo llama en los pasillos vaticanos. Es el círculo intimo de las personas que en estos meses de pontificado aparecieron más estrechamente ligadas con el papa, los más escuchados, los más influyentes. Personas que se caracterizan no por su cargo formal sino por cercanía personal a Francisco.
El más envidiado de todos, en la Curia, es su secretario particular, monseñor Fabián Pedacchio Leaniz. Es un personaje clave de la Congregaciones de los obispos. “Es lo que fue Stanislao Dziwisz para Juan Pablo II” se lee en el blog Vatican insider, un sitio muy bien informado del diario de Torino “La stampa”, que fue quien comunicó la lista de los “top ten” del momento en el alrededores de Francisco.
Latinoamericanos. Sigue teniendo gran diálogo con el papa y, se supone, una discreta capacidad de influencia, el cardenal brasilero Hummes. Fue el el primero a aparecer a lado del papa la noche de la elección en plaza San Pedro. Hummes, según cuanto circula alrededor del telón de fondo del Cónclave, es el personaje clave, que hizo el trabajo de gestión política para lograr hacer confluir los votos de los otros cardenales sobre Jorge Bergoglio el 13 marzo.
Otro latinoamericano del círculo intimo es el cardenal hondureño Oscar Maradiaga. El salesiano es considerado un candidato muy probable a un próximo translado a Roma, probablemente como responsable de una congregación. En Curia lo consideran una de las influencias más directas sobre Bergoglio, junto con otro cardenal, Errazuriz Ossa, de 80 años, uno de los ocho miembros del grupo del Consejos de asesores que sigue Francisco por todos lados, un grupo que tendría que discutir con él la reforma de la Curia, uno de los desafíos que se plantea en la gestión.
Desde el viejo mundo. Muy en sintonía con Francisco se encuentra el viejo cardenal británico Cormac Murphy O’Connor. Es un secreto a voces en Vaticano la poca simpatía que existía entre Murphy O’ Connor y Benedicto XVI. Ahora el cardenal, uno de los más ancianos entre sus colegas, parece tener una segunda juventud, un entusiasmo renovado. Es una de las personas que Francisco más contacta por teléfono, un ejemplo de atención a las palabras del cardenal es el eco en las acciones del Nuncio papal en Inglaterra, una cuestión que roza, por ejemplo, a las Malvinas.
Entre los italianos el más observado como influyente es el cardenal Giuseppe Bertello, ex nuncio en Italia. Todo el mundo acá lo daba por seguro nuevo jefe de Propaganda Fide, o como responsable de todos los obispos. Ahora es el gobernador del Estado Vaticano.
En ese grupo de personas muy escuchadas, se encuentra también también el nuncio en los Estados unidos, Carlo Maria Vigano, famoso por ser un gran enemigo de Ratzinger. Algunos vaticanistas consideran que el giro de nuevos responsables, decidido por el papa entre los consultores para la Congregación del Divino Culto, fue el resultado directo de una recomendación hecha por Piero Marini, ex responsable de la oficina del culto y ceremonias vaticanas.
También del Opus Dei. Francisco se encuentra muy atento a lo que le sugiere el obispo español Juan Ignacio Arrieta Ochoa de Chinchetru, del Opus Dei, ex docente a la Pontificia Universidad de Santa Croce que ha sido recientemente nombrado por Francisco como coordinador de la comisión de investigación sobre el IOR, nada más y nadamento que el banco vaticano.
Todavía sigue abierta la cuestión de cuánta influencia tenga Francesca Inmacolata Chaoqui, la joven responsable de relaciones públicas, nombrada en la comisión referente para la reforma de las finanzas vaticanas, un punto clave de la organización.
La joven, ex publicista de la agencia Ernst &Young, es considerada muy cercana a la Opus Dei. Muy a menudo en sus perfiles en las redes sociales, actividad en la cual ocupa bastante de su tiempo, cita frases de Josemaría Escrivá de Balaguer.
El diario online Linkiesta, después de su cuestionado nombramiento, obtuvo declaraciones de fuentes vaticanas que se quejaban, precisamente de que “la comunicación vaticana siempre cae en las manos del Opus dei”.Entre los primeros a cumplimentarse con ella después de la sorpresa del encargo al cual la llamó el papa, fue Greg Burke, asesor elegido por padre Federico Lombardi, portavoz vaticano, como asesor para la comunicación vaticana. El también es del Opus dei.
La prensa italiana habló más de una vez de almuerzos en la residencia de Santa Marta, donde vive el papa. Parece que cada vez llegó con personas que ella quería que el papa encontrara.
Gran misterio y absoluta curiosidad hay sobre la actividad telefónica de Bergoglio. Según el diario “la Stampa” entre sus números de contactos frecuentes estarían algunos periodistas, amigos desde mucho tiempo.
Precisamente, las llamadas telefónicas del Papa estuvieron en el candelero esta última semana, a raíz de las escuchas de Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos.