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Desde el Vaticano
El papa Francisco visitó ayer sorpresivamente la zona industrial de la Ciudad del Vaticano, donde saludó a los trabajadores de la carpintería y la central térmica del pequeño Estado. El Pontífice también sorprendió con un llamado telefónico de consuelo al hermano de un empresario asesinado en Italia.
En su perfil de Twitter, el diario L’Osservatore Romano informó sobre la espontánea aparición del pontífice argentino en los talleres vaticanos. El papa Francisco “ha estrechado la mano a los carpinteros y a los obreros de la central térmica”, publicó el diario, que mostró además en un tuit una fotografía de Jorge Bergoglio junto a varios trabajadores que lo aplaudían.
“Estábamos conversando entre colegas, en el sector donde trabajamos las 24 horas, y vimos simplemente llegar un auto –contó a Radio Vaticana Alessandro De Gregori, uno de los obreros de la central eléctrica–. Lo miramos y nos dijimos: ‘¿Pero es posible? Me parece el Papa’. Nos hizo una visita que nos dio gusto, bien aceptada en la central. Estuvo con nosotros unos cinco minutos y nos preguntó acerca de nuestras responsabilidades y de qué nos ocupamos”.
“¡Buen trabajo!”, felicitó el Papa a los trabajadores. “Fue una visita que nadie imaginaba en una mañana cualquiera de agosto, cuando la ciudad parece vaciarse y apenas comenzó el trabajo cotidiano: en la carpintería, en una central térmica, en un laboratorio de hidráulica, en un depósito o en un diario, sin diferencias”, relató L’Osservatore. El pontífice quiso saber “sobre el trabajo, cuántos lo hacen, cómo se desarrolla” y luego se fue en el mismo auto en el que había llegado.
Francisco recorrió el lugar acompañado por monseñor Fabián Pedacchio Leaniz, su segundo secretario. En total fue una visita de veinte minutos, “un tiempo breve, pero suficiente para conocer de primera mano un rincón poco visible e importante del mundo vaticano”, cuyas estructuras se remontan a los primeros años del pontificado de Pío XI.
“Francisco ha llegado de improviso, sin que nadie nos hubiera advertido. Nos lo hemos encontrado delante, imagínense nuestro estupor”, contó otro de los carpinteros a la agencia de noticias italiana AGI. “El Papa ha querido recorrer todas las divisiones productivas, lugares en los que nunca habríamos pensado recibir al pontífice”, agregó.
La central térmica vaticana fue construida en los años 1932 y 1933 bajo el pontificado de Pío XI para aprovechar la producción de energía eléctrica que se proyectó en el pequeño Estado en 1897 gracias a la caída del agua del acueducto procedente del lago de Bracciano. En 1934 fueron construidos, cerca de la central, los talleres de mecánica, el laboratorio de técnica electrónica y la carpintería, que ocupaban una única sala de 500 metros cuadrados, y estaban equipados para la fabricación de armazones y ventanas.
Ayer también se supo que el Papa llamó por teléfono a Michele Ferri, hermano de Andrea, un empresario de Pésaro asesinado a tiros en junio pasado durante un asalto, según un mensaje publicado en Facebook por el propio Michele el miércoles. El diario Il Messagero di Roma afirmó que Michele, desesperado, había escrito una carta al Papa. No hubo trascendidos sobre la conversación telefónica. “Es un hecho personal, que preferimos que permanezca como tal”, dijo la esposa de Ferri.
En tanto, las selecciones de fútbol de Italia y de Argentina, encabezadas por Lionel Messi, rendirán la próxima semana un original homenaje al Papa, el primer pontífice “hincha” confeso del fútbol”.