“De mí esperen todo lo que yo pueda hacer”, les dijo el Papa a un grupo de familiares de víctimas del atentado a la AMIA en febrero pasado, cuando lo visitaron en el Vaticano y le pidieron que interceda ante Irán para que la república islámica facilite las indagatorias a los iraníes imputados por la voladura de la mutual judía.
Dentro de una semana, Francisco tendrá la chance de cumplir su promesa: el próximo sábado se reunirá con el presidente iraní, Hassan Rohani, en una cumbre que abre expectativas sobre una eventual mención informal de la causa AMIA por parte del Pontífice.
La Embajada de Irán ante la Santa Sede confirmó días atrás que Francisco recibirá al mandatario iraní en el Vaticano el 14 de noviembre. Rohani aprovechará para conocer a Jorge Mario Bergoglio durante la gira oficial que hará a Italia el próximo fin de semana. Será la primera reunión entre un papa y un presidente de Irán desde 1999, cuando Juan Pablo II fue anfitrión de Mohammad Khatami.
Pero no será la primera vez que Francisco se verá con representantes de Teherán: el pasado 13 de febrero se reunió con la vicepresidenta de Irán para Asuntos de Mujer y Familia. Pocos días después, tuvo un encuentro en el Vaticano con integrantes de la Asociación 18J Sobrevivientes, Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado a la AMIA, de línea política opuesta a la de las principales entidades judías argentinas (AMIA y DAIA). “Como el Papa se había reunido pocos días antes con la vice de Irán y se había abierto ese canal de diálogo, le pedimos que interceda ante el gobierno iraní para ver si logra que Irán permita que la Justicia argentina indague a los imputados”, contó a PERFIL Sergio Burstein, dirigente de la Asociación 18J.
Tras el fracaso del famoso memorándum de entendimiento que la Argentina firmó con Irán, lo que anhela el sector de Burstein es que Francisco utilice sus artes diplomáticas para reabrir un canal de diálogo entre ambos Estados. “El nos dijo que haría todo lo que estuviera a su alcance –recordó Burstein–. Por eso la reunión con el presidente iraní nos genera la esperanza de que se incluya el tema AMIA. Le haremos llegar nuestra expectativa al embajador argentino en el Vaticano (Eduardo Valdés) para que se la transmita a Francisco”.
Sintonizados. Tras la Revolución Islámica de 1979, Irán mantuvo sus relaciones diplomáticas con el Vaticano. Teherán valora a la Santa Sede como un núcleo de poder autónomo de Washington. El embajador iraní en el Vaticano ha resaltado que los conceptos de Francisco “sobre las franjas más débiles de la sociedad han suscitado el interés de la élite de Irán”, y ha destacado su “figura llena de moralidad y modestia”. El Papa, por su parte, apoyó públicamente el acuerdo nuclear entre la república islámica y las potencias occidentales. Esa buena sintonía será el marco de la cumbre entre el Pontífice y el moderado Rohani.
Desde que era arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio siempre ha tenido una relación de confianza y solidaridad con los familiares de víctimas del atentado a la AMIA. Ahora, sin embargo, ya no es un cardenal argentino sino el jefe de Estado del Vaticano. Por eso sólo cabe imaginar una mención informal de la causa AMIA en el encuentro con Rohani. Y en el mismo tono discreto que manejó en otros espinosos asuntos diplomáticos internacionales.