El mundo vibró con el Año Nuevo y un pantallazo del mundo nos muestra las fotos que enmarcan la llegada del 2008. Sidney organizó "los fuegos artificiales más grandes de la historia" para recibir este martes el año nuevo, un show que fue observado por más de un millón de personas concentradas en el puerto de la mayor ciudad de Australia. Casi un cuarto de la población de la ciudad se había concentrado al borde del mar para presenciar el colorido espectáculo. El show, que duró 12 minutos e incluyó más de 100.000 efectos pirotécnicos, se desarrolló al ritmo de populares temas de música hard-core dance, disco, rock and roll e incluso algunos estrofas de cantos tiroleses.
Algunos espectadores no dudaron en pagar hasta 4.500 dólares (unos 3.000 dólares) para alquilar sitios en los balcones de los hoteles y edificios ubicados en las inmediaciones del puerto.
Las autoridades movilizaron 1.700 policías para patrullar la ciudad, pero no se registraron incidentes durante ni después del espectáculo.
En otras ciudades asiáticas también hubo un refuerzo de la seguridad para impedir que se repitieran experiencias de años anteriores, como ocurrió en Bangkok, donde un atentado provocó tres muertos el 31 de diciembre de 2006.
En Japón, las celebraciones del nuevo año resultaron afectadas por el mal tiempo que obligó a suspender unos 70 vuelos, debido a las nevadas. Más de 7.000 personas, bloqueadas por los disturbios en el tráfico aéreo, se vieron obligadas a recibir el año 2008 en los aseropuertos.
En China, que en 2008 recibirá los Juegos Olímpicos, el presidente Hu Jintao apeló a la paz y el desarrollo en el mundo en un discurso televisado.
Malasia, país musulmán, también organizó un gigantesco espectáculo de fuegos artificiales para recibir 2008 y clausurar el año de celebraciones por el cincuentenario de su independencia.
En Rusia, el presidente Vladimir Putin pronunció el discurso de fin de año a las 14H00 GMT del lunes (medianoche en Vladivostok), hora en que el país, que tiene 11 husos horarios, comenzaba a ingresar progresivamente en el 2008.
Putin hizo un balance positivo de sus ocho años en la presidencia, en el que destacó el "renacimiento del país" y su crecimiento económico.
En Nueva York, cientos de miles de personas reciben este lunes el 2008 en Times Square, donde la tradicional bola de luces baja a la medianoche en Nueva York (05H00 GMT), un rito que cumple un siglo de vida.
La bola luminosa que cae a lo largo de un mástil en la cuenta regresiva del último minuto del año se convirtió con el paso del tiempo en uno de los acontecimientos mundiales que marcan simbólicamente la llegada del Año Nuevo.
Para la edición 2008, la ciudad de Nueva York se dotó de una nueva bola de dos metros de diámetro que en lugar de lamparitas comunes tendrá 9.576 luces LED de colores y 672 triángulos de cristal.
Desde los atentados del 11 de setiembre de 2001 que marcaron la página más negra de la historia de la ciudad, la ceremonia se realiza con medidas de seguridad reforzadas.
La gente comenzó a llegar al lugar el lunes poco después del mediodía, y la policía adelantó que cortaría el tránsito vehicular por la tarde. Se prohibió llevar bebidas alcohólicas y bolsas grandes para facilitar el control policial.
"El centenario será espectacular", adelantó Jeff Straus, presidente de la asociación que organiza anualmente el festejo.
"Dispondremos de una especie de diamante resplandeciente que cae del cielo", agrega Paul Gregory, responsable de la iluminación. "La alianza de una nueva forma de cristales y de técnicas actualizadas de iluminación dará un resultado excepcional".
La llegada del año congrega gente en este cruce de la calle Broadway y la Séptima avenida desde 1903, pero fue en 1907 cuando por primera vez en la ciudad que nunca duerme la esfera luminosa descendió desde su mástil.
Inicialmente construida en madera y acero, la bola tenía en ese entonces 100 lamparitas de 25 watts y pesaba 300 kilos, y fue reemplazada por una versión más sofisticada en 1920.
Desde hace un siglo se realiza el rito de la bola cada Año Nuevo, con excepción de 1942 y 1943, en lo más crudo de la segunda guerra mundial, cuando la ciudad se impuso límites al encendido de luces.
En 1950 se sustituyó el acero por aluminio y la bola pasó a pesar solo 68 kilos. Esa versión liviana se utilizó hasta los años 80, con el agregado de lámpara de colores. Para el 2000 se inauguró una con cristales especiales.
Se espera que este año el alcalde de la ciudad Michael Bloomberg accione el botón que inicia el minuto final y concluye con la aclamación de la muchedumbre y la caída masiva de papel picado desde los rascacielos que rodean el lugar.
La idea de representar el paso del tiempo mediante una bola que baja proviene del observatorio real de Greenwich (Gran Bretaña), donde desde 1833 un dispositivo equivalente y visible desde lejos marca cotidianamente la una de la tarde, permitiendo así ajustar a los marinos los relojes.
Fuente AFP
