El presidente estadounidense, Donald Trump renovó su ofensiva comercial con amenazas de aranceles de hasta un 50% a los productos de la Unión Europea (UE), en un nuevo giro de la guerra mercantil que viene impactando en los mercados globales.
A este anuncio, que sacudió a todas las bolsas, le sumó otro factor de incertidumbre al embestir contra las empresas de smartphones. Dijo que todas las compañías que fabrican teléfonos inteligentes fuera de EE.UU. tendrán un arancel del 25%. Así busca que firmas como Apple y Samsung trasladen su producción a Norteamérica.
Si entran en vigor los aranceles contra la Unión Europea a partir del 1° de junio, como afirmó, estos impuestos elevarían drásticamente los actuales, ubicados en una media del 12,5% (2,5% ya vigentes antes de la investidura de Trump y un 10% adicional desde abril), y renovarían las tensiones entre la mayor economía mundial y los socios europeos.
El mandatario estadounidense se mostró frustrado por las improductivas negociaciones con el bloque europeo. “Ha sido muy difícil tratar con la Unión Europea, que fue creada con el objetivo principal de sacar ventaja de Estados Unidos en la parte comercial”, dijo Trump. Y recomendó “imponer el 50% de aranceles a la Unión Europea a partir del 1° de junio”.
Líderes europeos y funcionarios de alto nivel reaccionaron con consternación y llamaron a una desescalada. “Nos mantenemos en la misma línea: desescalada, pero estamos listos para responder”, escribió en X el ministro francés de Comercio Exterior, Laurent Saint-Martin.
Por su parte, el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Johann Wadephul, sostuvo que esos “aranceles no ayudan a nadie y solo conducen a que el desarrollo económico de ambos mercados se resienta”.
La intempestiva actitud de Trump volvió a sacudir las bolsas mundiales. París cayó un 1,65%; Fráncfort, un 1,54%; Milán, un 1,94%; y Madrid, un 1,18%. Por su parte, Londres solo perdió un 0,24%, ya que Estados Unidos y Reino Unido alcanzaron un acuerdo comercial a principios de mayo.
Las acciones en Wall Street cayeron tras el anuncio, pero después se redujeron algunas pérdidas.
Frustración. Trump amenazó con lastrar el crecimiento económico global al imponer aranceles de al menos un 10% a la mayoría de los productos que ingresan a EE.UU. Sus gravámenes, que desataron un terremoto en los mercados, incluyeron también sectores específicos como los autos, el acero y el aluminio producidos fuera del país.
También aplicó tarifas aduaneras para China, que llegaron al 145% (en ciertos productos al 245%), a las que Beijing respondió con aranceles del 125%. Luego, las dos potencias negociaron una tregua de noventa días para suspender la mayoría de estos impuestos.
Las negociaciones con Europa no han dado muchos frutos. Trump denunció en varias ocasiones el déficit comercial de Estados Unidos con Europa, que estima entre 300 mil y 350 mil millones de dólares.
En declaraciones a Bloomberg Television, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, dijo que el presidente se siente “frustrado” con la UE.
Producción de smartphones. En otro mensaje, Trump también amenazó a Apple con nuevos aranceles. “Hace tiempo informé a Tim Cook (presidente) de Apple que espero que sus iPhones que se vendan en Estados Unidos sean fabricados en Estados Unidos, no en India ni en otros lugares. Si no es el caso, Apple deberá pagar un arancel de al menos un 25%”, amenazó Trump ayer en su red Truth Social.
A las pocas horas el magnate republicano aclaró que esto incluía a todas las empresas que fabrican teléfonos inteligentes fuera de Estados Unidos. “También afectaría a Samsung y a cualquiera que fabrique ese producto; de lo contrario, no sería justo”, declaró.
La mayoría de los iPhones son ensamblados en China, aunque en los últimos años la empresa ha trasladado parte de su producción a otros países como India, donde tienen un bajo costo de producción.
Según el analista Dan Ives, de la consultora Wedbush Securities, el problema de la propuesta de Trump es que mudar la producción del iPhone para Estados Unidos es “un cuento de hadas inviable”. Si se fabricaran en Estados Unidos, los iPhones costarían unos 3.500 dólares, apuntó. Y mudar toda la producción demoraría hasta diez años.