La brigada del Cibercrimen de la Policía de Investigaciones de Chile desbarató ayer una peligrosa banda de hackers y consiguió el arresto de sus cuatro integrantes, quienes intervinieron la página de la agencia espacial estadounidense NASA y del gobierno chileno, entre otras.
Los operativos se hicieron en la ciudad de Rancagua (86 kilómetros al sur de Santiago), donde cayó el líder de los piratas cibernéticos (Leonardo Hernández Salas) en la capital chilena. Otro de los arrestados es Carlos Amigo León, alias "SSH-2" y dos menores de edad que usaban los apodos "C0di0x" y "Phnx".
En declaraciones que publica El Mercurio online (Emol), el joven ingeniero Hernández (de 23 años y que usaba el apodo "NeTToxic") señaló que considera esta actividad como un hobby y que con ella no persigue fines de lucro.
Por ello descartó haberse infiltrado en algún sitio Web para hacer traspasos de dinero o para robar claves y bases de datos. La Policía de Investigaciones afirmó que el sujeto también es requerido por otros países y podría pedirse su extradición.
Se estima que la banda que encabezaba es la tercera más peligrosa del planeta, después de una organización asiática y una brasileña. Se calcula que el grupo infiltró más de 8.000 páginas Web, entre ellas la de la NASA, la del Ministerio de Hacienda de Chile, sitios de gobiernos extranjeros como el del Poder Judicial de Perú y páginas de otros sitios oficiales en Colombia, Bolivia, Venezuela, Argentina, Estados Unidos, Turquía e Israel.
También eran buscados por haber eludido la seguridad de numerosas empresas privadas, como la compañía de telefonía celular española Movistar.
De acuerdo al diario chileno, la investigación duró aproximadamente ocho meses y contó con la cooperación de Interpol y los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Israel y algunos países sudamericanos.
Por la duración de la investigación y la amplia cooperación internacional, las autoridades policiales chilenas sostuvieron que ésta es la diligencia de mayor envergadura que se ha hecho a nivel regional.
La condena máxima que se les podría aplicar a los hackers es la pena de reclusión por cinco años, de acuerdo a la Ley de Delitos Informáticos. La investigación judicial determinará los fines que tenía el grupo para ingresar ilegalmente a las páginas web y el grado de participación de cada uno de los detenidos.
Fuente: DPA