El líder del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá, ha asegurado que el grupo cuenta en estos momentos con "el doble" de los misiles de precisión que tenía hace un año y ha destacado que pueda alcanzar con ellos objetivos en la totalidad del territorio de Israel.
Nasralá ha manifestado en una entrevista concedida a la cadena de televisión libanesa Al Mayadín que "el número de misiles de precisión de la resistencia es ahora dos veces mayor que hace un año" y ha agregado que "cualquier objetivo en la Palestina ocupada puede ser alcanzado con precisión". Así, ha señalado que Hezbolá ha incrementado su "fuerza" y su "moral", antes de recalcar que sigue decidido a "responder" a la muerte de un alto cargo del grupo en un ataque ejecutado por Israel en Siria. Nasralá ha manifestado además que las autoridades israelíes "tienen miedo a la respuesta de la resistencia".
"Los israelíes deberían estar preocupados por la resistencia por tierra, mar y aire", ha indicado, al tiempo que ha argüido que Israel está "preocupado" también por la posibilidad de que Estados Unidos vuelva al acuerdo nuclear con Irán de 2015 una vez que Donald Trump abandone la Casa Blanca el 20 de enero.
Por otra parte, ha acusado al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, de abordar con las autoridades estadounidenses la posibilidad de asesinarle. "Los estadounidenses se mostraron de acuerdo con la petición saudí, pero dijeron que debía ser Israel el que lo llevara a cabo", ha puntualizado.
"Arabia Saudí ha estado incitando a mi asesinato desde hace mucho tiempo", ha reseñado Nasralá, quien ha sostenido que "los ataques contra líderes de Hezbolá es un objetivo común de Israel y Estados Unidos". En este sentido, ha recalcado que recibió advertencias en este sentido antes de las elecciones presidenciales de noviembre en el país norteamericano.
En otro orden de cosas, ha señalado que las negociaciones indirectas entre Líbano e Israel sobre la demarcación de la frontera marítima "no llegarán a ninguna parte" bajo la mediación de la actual Administración estadounidense, antes de incidir en que el país "tiene derecho a evitar cualquier robo israelí en sus aguas".
El Gobierno de Estados Unidos lamentó la semana pasada que los gobiernos de Israel y Líbano permanecen "alejados" en sus posturas sobre la demarcación de la frontera, más de dos meses después del inicio de sus contactos indirectos para intentar lograr una solución a la disputa.
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Las negociaciones giran en torno a un área de 860 kilómetros cuadrados que, según ambos países, se sitúan en sus respectivas Zonas Económicas Exclusivas, un asunto de especial importancia después del hallazgo de reservas de gas en esta zona que tanto Israel como Líbano esperan poder explotar. Israel y Líbano están oficialmente en guerra y no mantienen relaciones diplomáticas. La frontera terrestre ha sido escenario de tensiones durante los últimos meses, en parte por la ausencia de un acuerdo para su demarcación.
FALTA DE ACUERDO SOBRE EL GOBIERNO
Nasralá ha reconocido además que existe "un problema de confianza" que está provocando la falta de acuerdo en torno a la formación del nuevo Gobierno, antes de apuntar a que este problema existe "principalmente" entre el presidente, Michel Aoun, y el primer ministro encargado, Saad Hariri.
El propio Hariri apuntó la semana pasada a "claras complicaciones" en el proceso para la formación del nuevo Ejecutivo y descartó que vaya a haber un acuerdo antes de final de año, después de un nuevo encuentro con Aoun para abordar la situación.
"Esperaba que hubiera Gobierno antes de las vacaciones, pero aún hay claras complicaciones", señaló. "No pararé hasta que forme un Ejecutivo, la confianza debe recuperarse", manifestó, antes de advertir de que "no queda tiempo" y de que "el país está colapsando rápidamente".
Hariri fue designado para la tarea en octubre, cerca de un año después de dimitir del cargo en medio de otra oleada de movilizaciones populares contra su Ejecutivo a causa de la mala situación económica del país.
La designación, recibida con malestar por la población, llegó ante la falta de acuerdo sobre otro candidato a raíz de la dimisión del primer ministro, Hasán Diab, a raíz de las explosiones del 4 de agosto en el puerto de Beirut. Diab se encuentra en funciones hasta la formación del nuevo Ejecutivo.