Luciano Zaccara, profesor de la Universidad de Qatar, visitó Teherán esta semana, en el momento de mayor tensión entre Irán y los Estados Unidos. El politólogo argentino participó del Tehran Dialogue Forum, una iniciativa convocada por el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní para promover un acuerdo de seguridad regional en el Golfo Pérsico. Estaba en esa ciudad cuando el gobierno de Hasan Rohani disparó misiles contra dos bases militares en Irak que alojaban a tropas estadounidenses, sin ocasionar, según Donald Trump, víctimas fatales.
“Irán y Estados Unidos están viendo cómo salvar la cara ante sus opiniones públicas para dejar en claro que defienden sus intereses, su territorio y su población, pero sin llegar a una guerra que terminaría perjudicando a los dos”, explicó por teléfono a PERFIL.
Según Zaccara, autor del libro Los enigmas de Irán: sociedad y política en la República Islámica, en los encuentros diplomáticos que participó se respiraba un ambiente más distendido del que reflejaban los medios de comunicación internacionales, que se hacían eco de las palabras del Líder Supremo de la Revolución, Alí Jamenei, quien aseveraba que la represalia iraní tras el ataque de Estados Unidos era “apenas una bofetada”.
—¿Cómo impactó el asesinato de Qasem Soleimani en Teherán?
—En sus funerales hubo una cantidad de gente increíble. Esto demuestra la importancia, el peso político y la popularidad que tenía. Soleimani era un símbolo y un héroe militar que la República no había tenido desde 1979 hasta ahora. Ninguna figura militar había sido tan importante. Las ceremonias de Ruhollah Khomeini fueron masivas, pero murió de muerte natural. Soleimani fue asesinado por el enemigo declarado de Irán. Eso le agrega más valor a toda la mitología que está detrás de la República Islámica.
—¿Cuál es el objetivo prioritario de Irán en esta crisis?
—Vengar la muerte de Soleimani y dejar claro que Estados Unidos es el agresor. Como objetivo último que EE.UU. retire sus tropas de Irak y de la región, algo que es muy difícil, pero que no es tan impensable. La salida de las tropas estadounidenses de Irak está hoy mucho más cerca de lo que estaba hace años atrás porque también el gobierno iraquí está planteándose que se vaya. Irán siempre ha tenido intereses específicos como determinar las reglas de juego en la región, tener participación en las decisiones, capacidad de influir en otros actores. Desde la Revolución Islámica ha estado aislado y no se le ha permitido decir nada. Haber contribuido a crear el nuevo sistema político iraquí y colaborado en mantener a Bashar al-Assad en el poder a través del uso de la fuerza militar, le da más elemento para justificar que tiene algo que decir en el tablero político regional.
—Tras su último discurso, Donald Trump parece haber bajado la tensión. ¿Cómo recibieron sus palabras en Irán?
—Oficialmente no les gustó ni les convenció, porque anuncia nuevas sanciones y dice que existe cierto espacio de colaboración (contra Estado Islámico). Imagino que extraoficialmente se encontrarán satisfechos de que haya decidido no escalar y aceptar el ataque como respuesta necesaria de Irán, para que se restablezca el status quo.
—¿Qué repercusiones puede tener esta crisis en la región? ¿Por qué Arabia Saudita e Israel están tan cautos?
—A nadie le conviene una guerra a gran escala entre Irán y EE.UU. Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Arabes están tratando de dejar en claro que no tienen nada que ver con el asesinato de Soleimani porque la represalia iraní podría ser muy complicada. Irán ha demostrado que puede dañar la economía saudita y provocar disrupciones en el suministro petrolero. Nadie quiere llegar a ese punto de confrontación. Evidentemente quieren reducir la capacidad e influencia política de Irán en la región, pero no lo quieren hacer a costa de un enfrentamiento militar que podría ser peor que el de Irak y el de Afganistán.
Quien es
☛ Luciano Zaccara estudió Ciencia Política en la Universidad Nacional de Rosario.
☛ Cursó Estudios Arabes e Islámicos en la Universidad Autónoma de Madrid.
☛ Es profesor en el Centro de Estudios del Golfo de la Universidad de Qatar.
☛ Escribió decenas de artículos académicos sobre Irán y Arabia Saudita.
☛ Participó esta semana del Tehran Dialogue Forum, una iniciativa organizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní para llegar con los países de la región a un acuerdo de seguridad en el Estrecho de Ormuz.
La Casa Blanca anuncia más sanciones contra Teherán
AFP
El gobierno de Donald Trump anunció ayer sanciones contra altos funcionarios de Irán y la industria del acero, aluminio, hierro y cobre, al tiempo que acusó al general Qasem Soleimani, asesinado en un bombardeo en Irak la semana pasada, de haber planeado ataques contra embajadas de Estados Unidos.
La Casa Blanca incluyó en la lista de sancionados a 17 productores y empresas mineras iraníes. “Como resultados de estas acciones, cortaremos miles de millones de dólares de apoyo al régimen iraní”, dijo el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, en una conferencia de prensa. Las sanciones también apuntaron contra ocho funcionarios de Teherán, entre ellos Alí Sham-jani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, Mohammad Reza Ashtiani, jefe de Gabinete adjunto de las Fuerzas Armadas, y Gholamreza Soleimani, el jefe de la milicia Basij, una fuerza voluntaria leal al régimen.
Mnuchin dijo que las medidas eran en respuesta a los ataques balísticos iraníes contra las bases militares iraquíes donde están estacionadas las fuerzas estadounidenses.
Mnuchin dijo que las medidas que apuntan a la economía de Irán “continuarán hasta que el régimen detenga la financiación del terrorismo global y se comprometa a no tener nunca armas nucleares”.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo que las sanciones “privaron al gobierno de Irán de miles de millones en ingresos”.
“Los ingresos del petróleo se redujeron en un 80% e Irán no puede acceder a aproximadamente el 90% de sus reservas de política exterior”, declaró. “Mientras continúen las acciones ilegales de Irán, seguiremos imponiendo sanciones”, concluyó.