El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, recibió el alta médica después de ser tratado durante cuatro días por una obstrucción intestinal en un hospital de Sao Paulo.
"Tuve que someterme a una dieta, hice lo que tenía que hacer. Quería irme desde el primer día, pero no me dejaron. Espero que de aquí a unos diez días pueda estar comiendo un churrasco de costilla", dijo el presidente a periodistas tras salir caminando del hospital privado Vila Nova Star este domingo 18 de julio.
Bolsonaro, de 66 años, fue internado el miércoles para "tratar un cuadro de suboclusión intestinal" tras sufrir un dolor abdominal agudo y una crisis de hipo que ya duraba más de diez días.
"Parecía que estaba con el estómago en llamas. La causa era una obstrucción intestinal, porque la adherencia es común en quien ya sufrió una cirugía como yo, después de la puñalada", relató Bolsonaro.
Desde el hospital, sin embargo, el presidente sin embargo siguió al mando del Ejecutivo y muy activo en las redes sociales, publicando fotos y comentando temas políticos, como la investigación contra su gobierno en una comisión del Senado (CPI) por posibles irregularidades en la compra de vacunas.
"Voy a estar en la presidencia mañana", afirmó Bolsonaro este domingo.
La salud de Bolsonaro y la promoción electoral de su "martirio"
Volverá al trabajo, pero bajo tratamiento ambulatorio y dieta
Bolsonaro "seguirá con seguimiento ambulatorio", señaló el último boletín del hospital este domingo. A partir de ahora, el gobernante debe seguir una dieta ligera, procurar masticar bien y hacer ejercicio, según el jefe del equipo médico, el cirujano Antonio Macedo.
Debido una puñalada que recibió en el abdomen durante su campaña presidencial en 2018, Bolsonaro pasó por cuatro cirugías que crearon un cuadro en su salud más vulnerable a sufrir adherencias en el intestino.
"El accidente de la puñalada no fue broma. Y las cirugías fueron absolutamente necesarias, pero agreden el órgano, claro. Por eso el intestino del presidente se volvió más sensible a las adherencias" causadas, por ejemplo, por "un alimento más espeso y mal masticado", detalló Macedo, en entrevista con el diario O Globo.
El quebranto de salud del gobernante se da en un contexto de erosión de su popularidad y tensiones políticas, con sospechas de corrupción en contratos negociados por su gobierno para adquirir vacunas destinadas a combatir la pandemia de coronavirus, que ya dejó más de 540.000 muertos en Brasil.
ds