INTERNACIONAL
la oposición democrata

Joe Biden tendrá el desafío de enfrentar a Trump en las elecciones de noviembre

El ex vice de Barack Obama consolidó una ventaja inalcanzable para su rival en la interna, Bernie Sanders, que se mantiene para que sus propuestas sigan en agenda.

22032020_trump_elecciones_joe_biden_afp_g.jpg
Mensaje. Moderado, quiere incorporar ideas de algunos de sus rivales más radicalizados a la plataforma para los comicios, en una campaña marcada por el coronavirus. | afp

Más allá de que aún no esté matemáticamente confirmado, Joe Biden ya se aseguró una diferencia en el número de delegados suficiente para asegurar que será él quien enfrente a Donald Trump en noviembre,  tras una campaña electoral que estará dominada por la pandemia del coronavirus. 

Tras sus últimas y amplias victorias en las primarias de Florida, Illinois y Arizona, el ex vicepresidente tiene 1181 de los 1190 delegados que necesita para quedarse con la candidatura, frente a los 885 de su rival, el senador Bernie Sanders.  Y las encuestas lo muestran al frente en los estados donde están previstas las próximas primarias, aún sin fecha definitiva por la emergencia.

El ex vice de Barack Obama ha sido protagonista de una de las recuperaciones más espectaculares de la política moderna de los Estados Unidos, ya que poco más de un mes atrás arrancó las primarias en forma desastrosa, al quedar cuarto en las dos primeras y quinto en la tercera. 

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Sin embargo, el voto de la minoría afroamericana comenzó a pesar en la primaria de Carolina del Sur, y volcó definitivamente la balanza a su favor a partir del “súper martes”, cuando se impuso a Sanders en diez de los catorce estados que votaron y aseguró su liderazgo.   

 “Hubo un apoyo masivo del establishment demócrata para Biden, en parte porque no confían en Sanders, pero especialmente porque lo ven como el único candidato que podría derrotar a Trump, ya que puede hablarle también a los votantes más de centro, y permitiría no polarizar aún más el escenario”, dice a PERFIL el politólogo Augusto Salvatto.

Seguir o no seguir. Con la candidatura ya inalcanzable, como le sucedió en 2016, Sanders ha recibido presiones para que desista de las primarias y permita que Biden y el partido se concentren en la campaña para derrotar a Trump en noviembre.

Sanders perdió el martes en las últimas tres primarias. En Florida, Biden ganó con el 62% de los votos, en Illinois lo hizo con el 59% y en Arizona se impuso con el 43% frente a casi el 32% del senador.

“La carrera por la nominación ha terminado. Esa es la realidad que Bernie Sanders enfrenta”, tuiteó el analista David Axelrod, jefe de estrategia de las dos exitosas campañas presidenciales de Obama.

Con una diferencia en el número de delegados imposible de remontar, y con el país sacudido por la emergencia del coronavirus, el senador por Vermont corre el riesgo, dicen sus críticos, de aparecer como ególatra y fuera de la realidad si insiste en mantener la disputa interna. 

La campaña de Sanders ha dejado de impulsar avisos en Facebook y su jefe envió un correo electrónico a sus seguidores en el que no pide donaciones, un signo que suele preceder al abandono de una campaña. “Bernie está perdiendo las últimas primarias por 30 y 40 puntos. Es un signo de adultez saber cuándo hay que desaparecer”, dijo el diputado demócrata Don Beyer.

 “Por el bien del país, es hora de que Bernie Sanders se retire y concentrarnos en vencer a Donald Trump en noviembre. No hay camino ni razón justificable para que continúe”, tuiteó otro dirigente demócrata, Robbie Sherwood.

Sin embargo, aún restan 26 primarias, entre estados, territorios y el Distrito de Columbia, donde está la capital Washington, en un proceso que, con las postergaciones obligadas por el Covid-19, podría llevar hasta dos meses para completarse y dar formalmente la candidatura a Biden, que será consagrado en la convención demócrata, del 13 al 16 de julio en Wisconsin.  

Si no abandona la competencia, este período le permitiría a Sanders reforzar su influencia en la agenda política del partido, en particular en cuestiones como la “revolución” que defiende en el sistema de salud, un tema que ha reavivado la atención de la opinión pública ante la pandemia. 

Seguir en campaña también permitiría a muchos candidatos locales al Congreso que lo apoyan tener mayor atención de los medios. 

“Más que dirigir una campaña Bernie está liderando un movimiento. Será un líder más efectivo para nosotros si permanece en la contienda”, dijo el delegado demócrata Winston Apple. 

Trump. En noviembre, Biden podría enfrentar un panorama un poco mejor del que antes de que estallara la pandemia del coronavirus. Su primera reacción de desdén ante la emergencia, y la lentitud con que se decidió a tomar medidas drásticas pueden costarle votos. 

“Todo dependerá en gran medida del manejo de las consecuencias económicas de esta crisis sanitaria. La Ley de Producción de Defensa que pretende implementar tiene como objetivo que la producción no colapse y no se dispare el desempleo, algo que podría ser catastrófico para sus expectativas de reelección”, explica Salvatto.

Para el politólogo y profesor de la UCA, lo que sucede en Estados Unidos es parte de algo más amplio, porque se ve que “en principio esta pandemia global puede contribuir a debilitar a los oficialismos. Especialmente en casos como los de Trump, Bolsonaro, o López Obrador, que tomaron una posición exageradamente relajada y tuvieron que corregir rápidamente”. 

Sin embargo, agrega, también es cierto que Trump ha buscado adaptar la situación a su discurso de América First, hablando de virus chino y guerra contra un enemigo externo, algo que agrada al núcleo duro de sus seguidores.

 

El presidente, sin oposición

A diferencia de los demócratas, que arrancaron sus primarias con doce candidatos, los republicanos siempre tuvieron en claro que Donald Trump sería su candidato en las elecciones presidenciales de noviembre. 

El martes, el presidente se impuso sin ninguna oposición en las primarias de Florida e Illinois, y alcanzó la suma de 1.301 delegados, superando los 1.276 que necesitaba para que la convención republicana, que se realizará del 24 al 27 de agosto en Carolina del Norte, proclame su candidatura para aspirar a la reelección. 

Trump se impuso en el estado de Florida con el 94 por ciento de los votos, frente a su rival, Bill Weld, cuya participación, meramente testimonial o simbólica, apenas le ha permitido obtener un delegado desde que se iniciaran unas primarias ya sentenciadas en favor del presidente estadounidense.

En cuanto a Illinois, Trump obtuvo el 93 por ciento de los apoyos frente a Roque de la Fuente, el otro candidato, cuyos apoyos han sido, incluso, más reducidos que los cosechados por Weld.

Ayer, Trump y el Comité Nacional Republicano decidieron suspender todos los actos previstos para recaudar fondos para la campaña debido a la emergencia por el coronavirus.


Compañera de formula   

Una mujer para compensar su conservadurismo

En el último debate que sostuvo con Bernie Sanders, Joe Biden asumió un compromiso formal si lograba ser el candidato presidencial de los demócratas: “mi compañera de fórmula será una mujer”. 

Ahora que ya es un hecho que Sanders no le arrebatará el derecho a enfrentar a Donald Trump en noviembre,  el partido comparte su idea y tras un amplio debate se decantó por tres nombres, que fueron rivales del ex vicepresidente durante las primarias: Kamala Harris, Elizabeth Warren y Amy Klobuchar.

Una vicepresidenta mujer sería un hecho histórico, ya que sólo dos políticas –la demócrata Geraldine Ferraro en 1984 y la republicana Sarah Palin en 2008- integraron fórmulas presidenciales, pero sin haber logrado llegar a la Casa Blanca. 

Además, una compañera de fórmula más joven, podría calmar las preocupaciones sobre la edad de Biden, que tiene 77 años, y las críticas por el hecho de que la primaria que arrancó como la más diversa de la historia –con un gay, varias mujeres, afroamericanos y un chinoamericano, terminó en una disputa entre dos hombres blancos con décadas de pertenencia a la élite política. 

Las presiones para que el “ticket” que enfrente a Trump tenga una mujer se acentuaron después del retiro de la única aspirante con posibilidades en las primarias, la senadora Warren, que cerró su campaña dos semanas atrás. 

De entre las preferidas por el partido, Harris y Warren tuvieron posiciones mucho más radicalizadas que el moderado Biden, por lo que analistas consideran que de ser elegidas podrían atraer el voto joven que respaldó a Sanders durante las primarias. 

La californiana Harris, por ejemplo, es la primera senadora de origen jaimaiquino y defendió un seguro médico más amplio, la legalización de la marihuana y la protección para los inmigrantes indocumentados. También impulsó la propuesta de un impuesto especial a las corporaciones y al uno por ciento más rico del país. 

Harris, de 55 años, como compañera no sólo aportaría una cuestión de genero sino también la presencia en la fórmula de una mujer negra, un giño al electorado más fiel de Biden. Sin embargo, la virulencia de los ataques de la senadora al ex vicepresidente durante los debates, le juega en contra. 

Senadora por Massachusetts, Warren reconocida por su firme enfrentamiento con las élites de Wall Street  y su pasado como profesora de finanzas especializada en quiebras, propuso incluir los préstamos estudiantiles y proteger las viviendas de las personas que se declaran en quiebra, una propuesta que Biden ha prometido incluir en su plataforma. 

Su presencia en la fórmula le aseguraría a Biden el apoyo de los sindicatos y de muchos “liberals” que votaron a Sanders en las primarias, y cuya falta de apoyo en 2016 fue un factor clave para la derrota de Hillary Clinton. 

Klobuchar, senadora por Minessota, es las más moderada de las tres, por lo que no aportaría otras opciones a la candidatura demócrata y podría afectar el entusiasmo de parte del electorado.