Camila Vallejo llegó como un soplo de aire fresco a la opaca política chilena. Con 23 años, la presidenta de la Federación de Estudiantes Universidad de Chile (FECh) es la cara visible del “estudiantazo” que tiene contra las cuerdas al gobierno de Sebastián Piñera. Carismática e intransigente, Vallejo expone con igual solidez los argumentos de los estudiantes en una marcha ante miles de personas, en un despacho ante el ministro de Educación o en el talk show con más rating de la TV chilena.
Hija de ex militantes allendistas y referente de las Juventudes Comunistas, ya egresó de la carrera de Geografía y tiene su tesis en trámite. En Chile le auguran un futuro político prominente y su nombre hace furor en las redes sociales, donde despierta amores y odios. El gobierno tuvo que echar a una funcionaria que twitteó sobre Camila: “Se mata a la perra y se acaba la leva”. Un envenenado reconocimiento del protagonismo que ganó Vallejo y un recuerdo a la macabra frase que usó Pinochet contra Salvador Allende durante el golpe de 1973.
Continuar leyendo en la edición impresa de PERFIL.