Los choques armados en la frontera entre Camboya y Tailandia no cesan, pese a la intervención del presidente estadounidense Donald Trump, y luego de nuevos enfrentamientos el gobierno camboyano anunció el cierre de todos los cruces fronterizos con Tailandia. Desde Bangkok habían negado las afirmaciones de Trump señalando que había conseguido que las partes accedan a una tregua, y este sábado la situación se mantenía en extrema tensión, sin visos todavía de normalizarse.
La violencia entre los vecinos del sudeste asiático deriva de una larga disputa sobre la demarcación de su frontera de 800 kilómetros (500 millas), en rigor las discusiones sobre el asunto vienen casi desde la época colonial, al punto que esos enfrentamientos han desplazado en los últimos años a alrededor de medio millón de personas en ambos lados.
Sin embargo, el recrudecimiento de los enfrentamientos en los últimos días ya ha costado al menos 25 muertos, incluidos cuatro soldados tailandeses que, según el Ministerio de Defensa, murieron en la zona fronteriza este sábado.

Tras esas últimas muertes, Phnom Penh anunció que suspendería inmediatamente la circulación por todos los pasos fronterizos entre ambos países, y cada parte culpa a la otra de las hostilidades.
El primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakul, afirmó que Trump "no mencionó si deberíamos hacer un alto el fuego" durante su llamada telefónica del viernes, que en consecuencia "no discutieron sobre los enfrentamientos".
El locuaz líder norteamericano, en cambio, elogió su "muy buena conversación" con Anutin y el primer ministro camboyano, Hun Manet, el viernes. "Han acordado cesar todos los disparos a partir de esta noche y volver al Acuerdo de Paz original acordado en julio", celebró Trump en su plataforma Truth Social.

Estados Unidos, China y Malasia, como presidentes del bloque regional ASEAN, negociaron un alto el fuego en julio tras una oleada inicial de violencia de cinco días. En octubre, Trump respaldó una declaración conjunta posterior entre Tailandia y Camboya, firmando nuevos acuerdos comerciales tras acordar la extensión de su tregua.
Sin embargo, Tailandia suspendió el acuerdo al mes siguiente después de que soldados tailandeses resultaran heridos por minas terrestres en la frontera. En Tailandia, la evacuada Kanyapat Saopria dijo que "ya no confía en Camboya". "La última ronda de esfuerzos de paz no funcionó... No sé si esta tampoco lo hará", declaró a la AFP la mujer de 39 años.

Al otro lado de la frontera, una evacuada camboyana expresó su tristeza porque los combates no habían cesado a pesar de la intervención de Trump. "No estoy contenta con los actos brutales", declaró Vy Rina, de 43 años.
Acusaciones mutuas
Bangkok y Phnom Penh han intercambiado acusaciones de ataques contra civiles, y el ejército tailandés informó de seis heridos el sábado por cohetes camboyanos. Mientras tanto, el ministro de información de Camboya, Neth Pheaktra, afirmó que las fuerzas tailandesas habían "ampliado sus ataques para incluir infraestructura civil y civiles camboyanos".
Un portavoz de la marina tailandesa afirmó que la fuerza aérea "destruyó con éxito" dos puentes camboyanos utilizados para transportar armas a la zona de conflicto.
El primer ministro malasio, Anwar Ibrahim, instó el sábado a ambas partes a "cesar todas las formas de hostilidades y abstenerse de nuevas acciones militares". Tailandia ha reportado 14 soldados muertos y siete civiles, mientras que Camboya informó que cuatro civiles murieron a principios de esta semana.
AFP/HB