INTERNACIONAL

La Iglesia paraguaya pidió perdón por curas argentinos abusadores

La Conferencia Episcopal se defendió de las acusaciones y dijo que fue engañada por el sacerdote Ibáñez, denunciado en la Argentina.

Denuncia. Ibánez no habló con la prensa y Valenzuela se disculpó.
| AFP
Agencias
El presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), Edmundo Valenzuela, pidió ayer disculpas por no haber actuado con más rigurosidad en el caso del sacerdote argentino Carlos Ibáñez Morino, quien estuvo oficiando en Paraguay pese a haber sido suspendido en la Argentina por abuso de menores. “Pedimos disculpas porque somos muy inocentes. En Paraguay confiamos demasiado en la gente, más todavía cuando es extranjera. Hay que aprender a ser más suspicaces”, dijo Valenzuela en una conferencia de prensa en Asunción.
Ibáñez, que además pasó un tiempo en la cárcel asunceña de Tacumbú, continuó con sus labores sacerdotales en Paraguay valiéndose de una identidad eclesial falsa, según comunicó esta semana la CEP. Valenzuela argumentó que la Iglesia Católica paraguaya mantiene un “protocolo de tolerancia cero” hacía los abusos a menores, con relación al informe elaborado este año, que establece la responsabilidad de la Iglesia de investigar ese tipo de denuncias y de informar a la sede apostólica.
Ibáñez, sacerdote de la diócesis argentina de Villa María, en Córdoba, llegó a Paraguay tras ser suspendido de sus funciones en 1992 por el obispo Alfredo Guillermo Disandro, después de que fuera acusado de delitos de abuso contra menores.
Según los obispos, Ibáñez se valió de “la buena fe de sacerdotes y religiosos” y usó un documento de identidad eclesiástica falso en el país sudamericano. La Conferencia Episcopal Paraguaya reconoció que Ibáñez ofició misas, bautismos y matrimonios que ahora “deben ser subsanados”.
El caso del cura Ibáñez no es el único que involucra a un sacerdote argentino que habría abusado sexualmente de menores y, luego, se habría refugiado en Paraguay. Según denunció esta semana el diario La Nación del país vecino, al menos cinco acusados por esos crímenes estuvieron escondidos en territorio paraguayo, amparados por la Iglesia local y con una llamativa actitud del Poder Judicial, mientras eran buscados por la Justicia argentina. La Nación contactó a Ibáñez, que se negó a hacer declaraciones sobre las acusaciones que pesan en su contra.
El 12 de julio de 2015, el argentino participó de la celebración que ofició el papa Francisco en Ñu Guasú, durante la visita que hizo el Sumo Pontífice a Paraguay, ocupando el lugar que fue reservado para los sacerdotes.
En 2014, el Papa destituyó al entonces obispo de Ciudad del Este, Rogelio Livieres, bajo cuya autoridad había estado durante nueve años el sacerdote argentino Carlos Urrutigoity, acusado de abusos sexuales en 2002 por un estudiante norteamericano.