INTERNACIONAL

La insólita vida del rey africano que gobierna vía Skype

Cèphas Bansah reina sobre su pueblo en Ghana a través de videollamadas y se gana la vida como mecánico en Alemania. Galería de fotos

Cèphas Bansah reina sobre su pueblo en Ghana a distancia.
| Cedoc

El nombre del africano Togbe Ngoryifia Céphas Kosi Bansah alcanzó resonancia en diciembre, cuando se supo que unos ladrones entraron a su modesta casa en la localidad de Ludwidshafen, Alemania. El robo habría pasado desapercibido entre tantos hurtos que se cometen a diario, de no ser porque los ladrones entraron en la casa del rey de Hohoe (pueblo tribal de Ghana) y se llevaron más de 20.000 euros en objetos.

El rey de Hohoe lleva una vida insólita: vive a 85 kilómetros de Frankfurt y se gana la vida arreglando autos en un taller adornado con sus fotos junto a personalidades como Michael Schumacher o Bill Clinton. Al regresar a su casa -donde comparte con su esposa las tareas hogareñas- Cèphas Bansah ingresa a su cuenta de Skype para ponerse al tanto de todo lo sucedido en su reino, a 5.000 kilómetros de distancia, en la región de Volta (Ghana), cerca de la frontera con Togo.

A pesar de ser un monarca tribal “a la antigua”, el rey Cèphas Bansah, su abuelo, fue el primer interesado en que el príncipe estudiase en el extranjero. “El rey, mi abuelo, siempre sintió mucha admiración por los alemanes”, explicó el rey en una entrevista. “Consideraba que entre todos los colonizadores que pasaron por nuestras tierras fueron los más respetuosos con nuestros árboles, que son sagrados para nosotros”. El viejo rey decidió entonces enviar a su nieto a educarse a Alemania.

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“Llegué a Bonn, que era la antigua capital de Alemania, para estudiar mecánica aunque yo quería ser maestro, el oficio más respetado para nosotros porque se trata de formar a las futuras generaciones”, dice Cèphas Bansah. “Así que primero hice una maestría en mecánica agrícola y luego de coches. De todo esto, para mí lo más importante es que fundé mi propio taller en 1983 y desde entonceshe formado a 14 mecánicos”. 

Nacido en 1948, Cèphas Bansah es uno de los 83 hijos que su padre tuvo con sus 12 esposas. Cuando su abuelo murió en 1987, los ancianos del pueblo se reunieron y lo nombraron rey. Fue elegido porque su padre y hermano mayor eran zurdos, cualidad que su pueblo considera un signo de deshonestidad. “Para nosotros, la mano izquierda es una mano sucia, poco respetada”, explica el rey. “Nosotros comemos con las manos, y la izquierda siempre se utiliza para limpiar una parte del cuerpo. Digamos que no es una mano sagrada y está mal visto que alguien mande cuando es zurdo”.

La coronación de Cèphas Bansah se celebró el 16 de abril de 1992. La ceremonia de iniciación es un paso doloroso: los ancianos de la tribu marcan el cuerpo del aspirante al trono con 12 cortes realizados con afilados cuchillos. El nuevo rey bebió la sangre de una cabra para ser inmune al daño causado por otros hombres. Después de eso, ya rey, regresó a Alemania.

“Yo expliqué a los habitantes que mi papel como rey sería más efectivo desde Alemania, porque tendríamos más oportunidades de conseguir proyectos de desarrollo para toda la comunidad”, explica el monarca, que tuvo que demostrar a sus súbditos que, aunque viviría lejos, podría mantenerse en contacto con ellos. Para ello compró un fax, que fue el primer aparato utilizado para comunicarse con su reino desde Europa. Hoy usa las videollamadas para hablar con su hermano -el príncipe Akwasi- y saber cómo van las cosas.

Más de 200.000 personas de Hohoe Gbi reciben diariamente noticias y directivas de su rey-mecánico desde Ludwidshafen. “Cada día después de cenar con mi familia me siento frente a la computadora para conversar de manera personalizada con las familias y también con los 12 gobernadores que conforman mi equipo de trabajo. Sólo algunos fines de semana me dirijo de manera general a todos los habitantes”.

¿Cuáles son los retos del rey Cèphas Bansah? “La falta de recursos para algunas familias que no pueden escolarizar a sus hijos o comprar medicinas”, dice. “En Ghana, la vida de una niña puede salvarse con 15 euros, por eso, para mí lo más importante es el dinero, porque con él puedo dar solución a los problemas que me plantean”.

La casa familiar cuenta con una tienda de recuerdos (remeras, lentes de sol, cervezas, artesanías y posters con la foto del rey) cuyas ganancias van a parar a los habitantes de Hohoe. El rey tiene dos hijos, Katharina, y el heredero, Carlo, que estudia en la universidad para ser director de banco, pero que también cumple sus funciones como príncipe. El joven de 25 años tiene, entre otros honores, la obligación de asistir a su padre cuando deja su uniforme de mecánico y se pone el uniforme de rey.

Vestido así, Cèphas Bansah pasa cada noche hasta el salón principal de su duplex y se sienta en una silla de madera tallada, rodeada de una gran alfombra de la que sobresalen dos cabezas de tigres blancos boquiabiertos luciendo colmillos. Es su trono, donde se conecta a Internet, siempre con su capa de colores y otros ornamentos de oro puro que suman 40 kilos de peso. Así termina la rutina diaria del rey-mecánico.