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La ONU pide ayuda humanitaria a gran escala para Gaza por riesgo de hambruna

Luego de una complicada negociación para evitar los vetos cruzados de Estados Unidos y Rusia, el Consejo aprobó una resolución que “exige a todas las partes” que faciliten el ingreso de asistencia” para “crear las condiciones para un cese duradero de las hostilidades”. Tras la aprobación, el canciller israelí, Eli Cohen, advirtió que Israel seguirá inspeccionando los envíos que ingresen a la Franja. Las tratativas para una nueva tregua con liberación de rehenes están bloqueadas.

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Evacuación. El Ejército israelí ordenó ayer la evacuación del campo de refugiados de Bureij, en el centro de la Franja, y en los barrios aledaños. | afp

El ejército israelí continuó ayer con su ofensiva terrestre y aérea contra Hamas en la Franja de Gaza, cuya catastrófica situación llevó al Consejo de Seguridad de la ONU a exigir el suministro de ayuda humanitaria “a gran escala” para ese territorio asediado.

Después de unas complicadas negociaciones y de que la votación fuese postergada varias veces para evitar un eventual veto de Estados Unidos, la resolución fue aprobada por 13 votos a favor, ninguno en contra y dos abstenciones (Rusia y Estados Unidos).

La disposición “exige a todas las partes que autoricen y faciliten la entrega inmediata, segura y sin obstáculos de asistencia humanitaria a gran escala” para Gaza y “crear las condiciones para un cese duradero de las hostilidades”. 

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Para evitar un nuevo veto estadounidense, no menciona el “cese urgente y duradero de las hostilidades” que recogía el texto inicial, ni tampoco la “suspensión urgente de las hostilidades” que propuso incluir Rusia en una enmienda y que fue bloqueada por Washington. 

 

Tras la votación, el canciller israelí, Eli Cohen, indicó en la red social X que su país “seguirá inspeccionando, por razones de seguridad, toda la asistencia humanitaria para Gaza”.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, acusó ayer a Israel de crear “obstáculos masivos” a la distribución de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza debido a la forma en la que lleva a cabo su ofensiva en el enclave palestino.

“El verdadero problema es que la forma en la que Israel está llevando a cabo esta ofensiva está creando enormes obstáculos a la distribución de ayuda humanitaria dentro de Gaza”, sostuvo Guterres. 

En este sentido, Guterres explicó que para que una operación de ayuda humanitaria sea “eficaz” son necesarios elementos como la seguridad, que los trabajadores puedan trabajar con garantías, capacidad logística o la reanudación de la actividad comercial.

“Estos cuatro elementos no existen”, dijo y agregó que muchas personas “miden la efectividad de las operaciones humanitarias en Gaza en base a la cantidad de camiones que entran de la Cruz Roja egipcia” y que los trabajadores de la ONU pueden descargar a través de la frontera, cuando esto es “un error”.

Guterres recordó que no hay que olvidar que la entrega se produce “en una zona de guerra. Los intensos bombardeos israelíes y los combates activos en zonas urbanas densamente pobladas de toda Gaza amenazan tanto la vida de los civiles como la de los trabajadores humanitarios”, resaltó. 

Asimismo, detalló que la entrega de ayuda en el norte de la Franja es “extremadamente peligrosa” debido a los combates activos, las municiones sin detonar o las carreteras, que se encuentran muy dañadas. “Es un milagro que hayan podido continuar trabajando bajo estas condiciones”, ha indicado.

Ayuda insuficiente. La guerra entre Israel y Hamas estalló el 7 de octubre cuando combatientes del movimiento islamista palestino irrumpieron en suelo israelí, donde mataron a unas 1.140 personas, en su mayoría civiles. También secuestraron a unas 250 personas.

Hamas asegura que no habrá más liberación de rehenes hasta que no termine la guerra

Israel prometió destruir al grupo islamista y lanzó un incesante bombardeo en Gaza, junto a una ofensiva terrestre, que dejó al menos 20.057 muertos, en su mayoría mujeres y niños, y más de 50 mil heridos, según Hamas, que gobierna el territorio.

En el estrecho territorio, asediado y en ruinas, la ayuda llega con cuentagotas. “No tengo miedo de llevar ayuda a Gaza. Si me dejaran entrar, iría hasta el norte de la Franja. Llevamos esperando aquí varias horas”, declaró ayer a una periodista de AFP el conductor de un camión, Said Abdel Hamid, en el punto de fronterizo de Kerem Shalom (Karem Abu Salem en árabe).

Tanto en ese paso fronterizo como en el de Rafah (que comunica la Franja con Egipto), los únicos que se pueden utilizar para el suministro de ayuda humanitaria van llegando cargamentos de harina, colchones, mantas y productos alimentarios. Una ayuda insuficiente, según las ONG y la ONU.

De media, por el puesto fronterizo de Kerem Shalom, abierto desde la semana pasada, entran ochenta camiones cada día a Gaza.

“Ningún lugar seguro”. En la ciudad de Gaza los combates avanzan calle a calle, a veces de edificio a edificio. Israel anuncia con regularidad la destrucción de túneles, de infraestructuras de Hamás y la incautación de armas, y el movimiento islamista comunica la destrucción de tanques y otros vehículos militares israelíes. 

Más de 410 palestinos murieron en las últimas 48 horas en la Franja de Gaza, 16 de los cuales ayer en un bombardeo que alcanzó una casa en Jabailya (norte) y cinco en un ataque contra un vehículo en Rafah (sur), según el Ministerio de Salud de Hamás.

Ayer, Israel anunció la muerte de dos soldados, con lo que ya son 139 los militares israelíes muertos en Gaza desde que empezó el conflicto. 

Desde hace semanas, las agencias de la ONU alertan de la catastróficas condiciones en que viven los habitantes de Gaza, donde 1,9 millones de personas han sido desplazados, de una población de 2,4 millones, según cálculos de Naciones Unidas. Muchos viven en refugios abarrotados, con dificultades para conseguir comida, agua, combustible y medicamentos.

La ONU alertó en un informe que toda la población del enclave se verá confrontada en las próximas seis semanas a riesgos elevados de inseguridad alimentaria. Ayer, el ejército israelí pidió la evacuación del campo de refugiados de Bureij (centro) y de los barrios aledaños. 

“Nos pidieron que nos fuéramos, así que nos fuimos al hospital Al Shifa, y luego al campo de Nuseirat, donde estuvimos mes y medio, y ahora vamos hacia Rafah. Nos dicen que es seguro, pero no hay ningún lugar seguro”, declaró Salem Youcef, un palestino que tuvo que dejar el campo de Bureij.

Posturas alejadas. En tanto, continúan los esfuerzos de Egipto y Catar, mediadores en el conflicto, para alcanzar una nueva tregua, después de que la instaurada durante una semana a finales de noviembre permitiera la liberación de 105 rehenes y de 240 presos palestinos en Israel, además del suministro de más ayuda humanitaria. 

Sin embargo, las posturas públicas de Israel y Hamás sigue muy alejadas. Hamás exige una interrupción total de los combates antes de negociar un intercambio de rehenes, mientras que Israel descarta un alto el fuego antes de haber “eliminado” a Hamás, considerado como una organización terrorista por Estados Unidos, la Unión Europea e Israel.

 

La guerra también repercutió en otras partes de Medio Oriente. El viernes, el ejército israelí anunció que uno de sus soldados había sido abatido y que otro fue gravemente herido por tiros procedentes de Líbano mientras efectuaban una “actividad operativa” en Shtoula, cerca de la frontera libanesa.

 

Anuncian la “etapa final” de control del norte de la Franja

Agencias

El portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Daniel Hagari, aseguró ayer que el Ejército ha entrado ya en “las etapas finales del control operativo” del norte de la Franja de Gaza casi dos meses después del inicio de su cruenta campaña militar en el enclave palestino tras los ataques del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas).

De acuerdo con Hagari, las tropas desplegadas en el norte de Gaza –escenario inicial de las operaciones israelíes– se encuentran inmersas en combates activos contra los últimos batallones que Hamas tiene en pie en la zona, especialmente en los barrios de Daraj y Tufá, en la Ciudad de Gaza, así como en otras zonas donde los enfrentamientos son “de menor intensidad”.

Por otro lado, el portavoz castrense israelí destacó que las tropas de las FDI “continúan las operaciones terrestres en Khan Younis”, una de las principales ciudades de la Franja de Gaza, ubicada en el sur del enclave palestino, según informaciones recogidas por el diario The Times of Israel.

“Las tropas de las FDI continúan las operaciones terrestres en Jan Yunis y, al mismo tiempo, se están preparando para expandir la actividad a áreas adicionales de la Franja, con énfasis en el sur”, reafirmó Hagari.

 

El papa Francisco envió a un cardenal a Cisjordania

Agencias

Francisco envió a Tierra Santa al cardenal titular de la Limosneria apostólica, el arzobipo polaco Konrad Krajewski, para “llevar el abrazo y la ayuda del Papa para la Navidad” a una región que vive “en la oscuridad de la tragedia desde el 7 de octubre. 

Krajewski, que visitó a pedido del Papa varias veces Ucrania desde la invasión rusa, mantuvo ayer una primera jornada en Belén, Cisjordania, transcurrida entre la gente y las realidades eclesiales, con el trasfondo del conflicto en la Franja de Gaza: “Hablé con algunos jóvenes que escaparon, una joven perdió doce familiares. Hemos rezado tristes pero no sin esperanza", dijo a los medios vaticanos. 

Por la tarde, contó el cardenal, fue el momento de un “encuentro muy difícil”, que mantuvo con cuatro personas, más bien jóvenes, que vinieron a hablar con él y que lograron salir de Gaza antes del inicio del infierno. Porque eso, reitera, es lo que se vive en la Franja. “Todos sus familiares se quedaron. Una chica perdió a 12 miembros de su familia. Han venido para contar cómo están las cosas, para poder decirle al Santo Padre todo el infierno que hay allí, que falta el agua, falta la corriente, que la gente que está alrededor de la iglesia son casi 600 personas. Hemos rezado juntos, ciertamente muy afligidos pero no sin esperanza”.

Monseñor Krajewski cuenta que pasó “un día entero en la tierra donde Jesús nació y donde hoy se transita con cuentagotas y bajo estricto control. Podíamos entrar por un lado, la única entrada, porque los palestinos no pueden salir de Belén, deben estar en la ciudad”. 

Hoy, tratará de ir “a apoyar a las diversas comunidades religiosas, a los sacerdotes que trabajan en esta situación muy difícil”. Refiere que también se ha reunido con el obispo grecocatólico: “Hemos hablado de cómo podemos aumentar las ayudas”. Porque “en la Navidad sin luces de este año, la luz que calienta e indica una dirección es solo la de la proximidad”.