Doria Medina: “Cien días, carajo”.
Con este lema de campaña, el millonario Samuel Doria Medina lidera las encuestas. Este empresario paceño de 66 años se define como socialdemócrata. Participó sin éxito en tres elecciones presidenciales durante los últimos 20 años. En este cuarto intento, acude con la coalición Alianza Unidad.
“Vengo de una familia humilde, mi padre tuvo que dejar el colegio a los 14 años”, dijo en una reciente entrevista, para demostrar que no está alejado de las necesidades de los bolivianos.
Por décadas hizo fortuna con Soboce, una compañía de cemento que su grupo familiar vendió en 2014 por 300 millones de dólares. Ahora es propietario de la franquicia de Burger King en Bolivia e invierte en el rubro hotelero.
Vivió dos hechos traumáticos. Estuvo secuestrado 45 días por la guerrilla peruana del MRTA en 1995 y fue liberado tras el pago de un millonario rescate, cuyo monto nunca fue revelado. Luego, en 2005 sufrió un accidente aéreo en la región andina de Oruro del que se salvó por milagro.
Plantea renegociar créditos internacionales y eliminar el subsidio a los combustibles, una política que agota los dólares del país, genera largas colas en las estaciones de servicio y es considerada la principal causa de la crisis.
“Nosotros hemos planteado que en cien días van a volver los dólares y la gasolina y el diésel”, asegura. También prometió revertir parcialmente las nacionalizaciones de la era anterior, cerrar empresas públicas que generan pérdidas y detener a Evo Morales, acusado de abuso sexual.
Quiroga:“Motosierra, machete y tijeras”.
El exmandatario Jorge Quiroga es un ingeniero de 65 años, graduado en la Universidad A&M de Texas, exempleado de la multinacional estadounidense IBM y hoy candidato de la alianza política Libre.
Más conocido como “Tuto”, apodo que agregó a su nombre oficial, fue vicepresidente del militar Hugo Banzer, un exdictador que a fines de 1990 alcanzó la presidencia por la vía democrática. Quiroga lo reemplazó entre 2001 y 2002 luego de su renuncia por cáncer.
Buscó también la presidencia en 2005 y 2015, pero nunca tuvo tantas posibilidades como ahora. Ipsos-Ciesmori le da un segundo lugar con 20% a una semana de los comicios.
Se denomina liberal, pero también atrae los votos más conservadores. “Me voy a dedicar a salvar la economía de Bolivia, a traer inversiones, a abrir mercados. Voy a hacer acuerdos de libre comercio con China, con Corea, con Japón, con Europa”, afirma.
Promete un “cambio sísmico”; bajar el déficit fiscal, reducir el Estado, privatizar todas las empresas públicas deficitarias e impulsar una nueva Constitución con giros “radicales”. Al igual que Javier Milei, propone: “Motosierra, machete y tijera”.
Quiroga amenazó con cerrar el Banco Central, acusando al gobierno saliente de usarlo como una “tarjeta de crédito”, y prometió inundar las altas llanuras andinas de Bolivia, ricas en litio, con zonas libres de impuestos para así atraer inversiones.
Tiene un fuerte apoyo de sectores populares.