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“Lo que Europa diga no me interesa”, desafía Erdogan

Arresto. Un sobrino de Gülen, el predicador al que acusan por el golpe, al ser detenido. Erdogan inspecciona daños en el Parlamento.
| Cedoc Perfil y AFP

El gobierno turco extendió ayer los poderes de la policía, disolvió más de 2 mil instituciones, y advirtió a Europa que no cederá en su respuesta contra los partidarios del predicador Fethullah Gülen, a quien acusa de organizar el golpe de Estado frustrado el 15 de julio y al que considera “más peligroso que Bin Laden”.
“Lo que los responsables europeos dicen no me interesa y no los escucho”, dijo el presidente Recep Tayyip Erdogan.
Ayer, un sobrino de Gülen fue detenido, informó la agencia de prensa progubernamental Anadolu. Muhammet Sait Gülen fue arrestado en la localidad de Erzurum en el marco de una investigación sobre el intento de golpe de Estado ocurrido hace una semana.
En la provincia oriental de Erzincan, 263 personas están siendo investigadas, mientras que 45 han sido arrestadas, señaló Anadolu.

Efectos. Los primeros efectos del estado de emergencia empiezan a aparecer en el Diario Oficial: extensión de la duración máxima de la detención provisional de cuatro a treinta días y despido de por vida de los funcionarios vinculados a Fethullah Gülen.
Además, las autoridades cerraron 1.043 establecimientos de enseñanza, 15 universidades, 1.229 asociaciones y fundaciones y 19 sindicatos.
Erdogan reiteró que las medidas apuntan a erradicar el “virus” inoculado por Gülen en el seno de las instituciones.
La Justicia anunció también la liberación de 1.200 soldados, una decisión inesperada desde el inicio de las purgas masivas tras el fracaso del intento de golpe, que dejó 270 muertos, entre ellos 24 golpistas.
Peor que EI. Exiliado en Estados Unidos desde 1999, Fethullah Gülen está acusado por Ankara de dirigir una red “terrorista”, con ramificaciones en decenas de países.
“¡Vengan aquí! ¡Vengan a ver hasta qué punto es grave!” la situación en el país, dijo ayer el ministro de Relaciones Europeas, Ömer Celik, a aquellos de sus socios europeos que critican las medidas represivas, como el primer ministro italiano, Matteo Renzi, que acusó a Erdogan de “haber puesto en prisión” el futuro de Turquía.
Para el ministro, Gülen es “más peligroso que Osama bin Laden” y su movimiento “más salvaje” que el grupo Estado Islámico (EI).