“La incertidumbre aumentó” definió una reconocida consultora del establishment financiero brasileño, ante la “victoria” del “anarcocapitalista” Javier Milei, como se empeñan en repetir los medios brasileños. En estos ámbitos de las elites locales, acusaron recibo de lo que ellos llaman “peligros” de un eventual gobierno encabezado por el economista, devenido candidato. Prevén que “por su falta de experiencia ejecutiva, aumentaría el riesgo de un ajuste económico desordenado y, por consiguiente, de una gran crisis social después de diciembre”.
El estallido de semejante crac desvela al gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, al punto que en la evaluación de sus ministros sería mejor “un triunfo de Patricia Bullrich”, a quién ven como una “portavoz de la derecha tradicional”, preferible a un éxito del insólito postulante de la extrema derecha. Según fuentes del entorno lulista “Bullrich podría sorprender y llevarse las elecciones puestas”. En la visión de ese núcleo, Milei es una amenaza para el Mercosur y para un acuerdo comercial con Europa. Con todo, las relaciones de Brasilia con la candidata son distantes, lo mismo que con su padrino Mauricio Macri. En cambio, se señala que la proximidad es grande con Sergio Massa, Ministro de Economía y el hombre elegido por la Unión por la Patria para la competencia de octubre próximo.
El ”mercado” de Brasil --entendido por este el conjunto de quienes apuestan a diario a títulos, acciones y diversas monedas-- presiente que un programa como el defendido por el líder de La Libertad Avanza (LLA) no puede prosperar “en un país con una tasa de pobreza de 40%”. Es que ese proyecto significaría aumentar “el desempleo y la informalidad laboral, lo que podrá conducir a un aumento de la agitación social y, por consiguiente, a la inseguridad de los propios inversores”.
Aunque constituyen una minoría, otros revelan ser “menos pesimistas” y piensan que “si Milei vence las elecciones, habrá una reducción significativa de los gastos del Estado y se emprenderá la dolarización, lo que podrá traer ventajas a más largo plazo”. Aventuran, en ese sentido, que el “cansancio de la gente respecto a los peronistas es positivo para los mercados”. Esto ha dado pábulo a las argumentaciones en sentido contrario, tales como que Milei no tendrá fuerza en Congreso “para aprobar las reformas que requiere adoptar el dólar como moneda”.
La izquierda y centroizquierda brasileña no quiere saber nada con una posible llegada del diputado libertario a la presidencia de la Argentina. Según el abogado Mario Fonseca, que pertenece a esa franja política, el postulante“ es un nazi esotérico. Usa tarot para tomar decisiones políticas y recibe consejos de su perro muerto por medio de parapsicólogos”. Pero además, lo peor que “al proponer una dolarización, señala que hará un ajuste todavía más fuerte que el FMI, y habrá una privatización salvaje; o sea, la radicalización de todo lo que ya se mostró como muy errado en la Argentina”.
Entre los paulistanos con quién conversó esta corresponsal, la tendencia natural es comparar a Milei con Jair Bolsonaro. En los medios periodísticos recuerdan que el argentino decidió tener como asesor en marketing político a “Fernando Cerimedo, que durante la campaña presidencial de 2022 protagonizó un video donde hablaba mentiras sobre presuntos hackeos de las urnas electrónicas”. Para el establishment oficialista, hay otro problema clave en el proyecto de dolarización de Milei: la Argentina, dicen, puede convertirse en un “peso muerto” para este semestre del bloque sureño, presidido temporalmente por Brasil; pero también para la próxima presidencia brasileña del G20.
En Itamaraty, sede de la diplomacia brasileña, temen también el impacto que podrá tener sobre la política doméstica una conquista del sillón presidencial por parte de Milei. No es un detalle que Bolsonaro haya felicitado en forma directa a quien considera casi como “un alumno” suyo. La figura del ex mandatario brasileño, que sigue incomodando en Brasilia, tal vez podría volver a crecer con ese triunfo; aunque es difícil que se recupere de las sucesivas investigaciones de corrupción que pesan sobre él.
cp
