Un día después de visitar las pirámides de Egipto, el miércoles, el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva se reunió con el presidente egipcio Abdel Fattah Al Sisi en el Palacio de Heliópolis, sede oficial del gobierno en El Cairo.
El viaje, iniciado el martes último, tiene un doble objetivo. Uno de ellos, como es obvio, es impulsar las relaciones económicas con un país que ya es un gran mercado para las carnes bovinas brasileñas.
El otro es el factor internacional: en la declaración final de ambos mandatarios, Lula reiteró sus fuertes críticas a Israel por la guerra de Gaza. También cuestionó a las Naciones Unidas por su “imposibilidad” de actuar como organismo pacificador, tanto en ese combate que involucra a árabes y judíos, como también en el caso del conflicto Rusia-Ucrania.
Al Sisi es presidente de Egipto desde 2014 y hoy cursa su tercer mandato que durará hasta 2030, como resultado de las elecciones de 2023 en la que obtuvo el 90% de los votos. Muchos lo califican de “dictador”, pero otros admiten que Sisi es un factor de estabilización en Oriente Próximo. Lo cierto es que el mandatario egipcio se sintió “feliz” con la visita de Lula, a quien calificó de “personalidad mundial”.
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Durante su exposición ante los periodistas, que acompañaron la cita, el presidente Sisi prefirió no extenderse en sus apreciaciones y dejó lugar para que Lula contara qué temas fueron discutidos y qué acuerdos se lograron.
En relación a la Franja de Gaza, Lula declaró en forma contundente: “Nuestro país condenó de forma vehemente los ataques de Hamas a Israel y el secuestro de personas. Llamamos a esa acción (la del 7 de octubre) como terrorista”. Pero el jefe de Estado brasileño fue notoriamente directo al señalar: “No hay explicación para el comportamiento de Israel, que con el pretexto de derrotar a Hamas está matando mujeres y niños como jamás se ha visto en otras guerra de las que tenga conocimiento”.
Para el líder brasileño “hay una impotencia del Consejo de Seguridad de la ONU” para aportar soluciones a esa situación de genocidio. “El Consejo de Seguridad no hace otra cosa que pedir la paz a través de la prensa” indicó. En su visión, el gobierno de Netanyahu “parece tener la primacía de no cumplir ninguna decisión emanada de las Naciones Unidas”.
Como ya ocurrió en encuentros internacionales, durante 2023, el presidente de Brasil reclamó un cambio profundo para las instituciones internacionales. “Es lamentable –dijo—que estos organismos, que fueron creados para ayudar a soluciones los conflictos bélicos, no funcionen”. En ese sentido, juzgo que es “urgente establecer un cese del fuego definitivo en Gaza que permita la ayuda humanitaria y lleve a la liberación de los rehenes (que permanecen todavía en manos de Hamas)”.
La cumbre bilateral en El Cairo adquirió una importancia clave, después que Israel anunciara nuevas operaciones militares esta vez en Rafah, la puerta de salida de los palestinos que quieren abandonar la Franja. Esta ciudad está, hoy, ocupada por mujeres y niños que abandonaron el resto de su país huyendo de las bombas.
Lula no dudó en manifestar: “Brasil es terminantemente contrario a la tentativa de desalojar forzosamente al pueblo palestino. No habrá paz sin un Estado que conviva lado a lado con Israel, dentro de fronteras acordadas entre ambos”.
