INTERNACIONAL
Visita venezolana a Beijing

Maduro busca una mano amiga en China, su “hermana mayor”

Pese a la crisis de legitimidad del gobierno venezolano, el gobierno de Xi Jinping lo respalda con préstamos e inversiones.

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Presidentes. El gobierno chino rechazó toda injerencia extranjera en la crisis de Venezuela. | xinhua

Desde Beijing

 


Mientras que parte de la comunidad internacional ya no lo reconoce como presidente legítimo de Venezuela, Nicolás Maduro conserva en China a su mayor aliado. El venezolano fue recibido ayer en Beijing por el presidente Xi Jinping, con quien firmó varios acuerdos de cooperación económica. La continuidad de Maduro en el poder es parte del cálculo geoestratégico para América Latina del gobierno chino, que lo sigue respaldando con préstamos e inversiones.

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“China es nuestra hermana mayor”, dijo Maduro poco antes de aterrizar ayer en esta ciudad. Empezó su itinerario oficial con una visita al mausoleo de Mao Zedong, a quien rindió homenaje y llamó “gigante de la patria humana y las ideas revolucionarias”. El último mandatario extranjero que se había inclinado ante el cuerpo de Mao había sido Raúl Castro en 2005.

Esta es la cuarta visita de Maduro a China desde que asumió la presidencia y la primera gira exterior que realiza desde el supuesto atentado con drones cargados de explosivos que habría sufrido a principios de agosto.

En la última década, China prestó más de 50 mil millones de dólares a Venezuela, a condición de que Caracas pague con barriles de petróleo. Actualmente, el Estado venezolano le debe más de 20 mil millones de dólares a Beijing. El cumplimiento de los pagos se complica en momentos en que la producción de crudo cayó a mínimos históricos: el mes pasado registró su pico más bajo en las últimas tres décadas.

Medios venezolanos informaban ayer, sobre la base de fuentes oficiales off the record, que Maduro podría volver a casa con un nuevo préstamo de 5 mil millones de dólares bajo el brazo y una prórroga de seis meses del período de gracia para la cancelación de la deuda. Al cierre de esta edición, esa información no había sido confirmada ni desmentida por el gobierno chino.

Para Maduro, el salvavidas financiero chino sería un bálsamo frente a los serios problemas de liquidez que tiene Venezuela, con apenas 8 mil millones de dólares de reservas internacionales y sin acceso a financiamiento externo por las sanciones de los Estados Unidos.

En plena debacle económica, Maduro implementó hace tres semanas un cuestionado plan de reformas contra la escasez de alimentos y medicinas y contra una hiperinflación que este año podría llegar al 1.000.000%, según proyecciones del Fondo Monetario Internacional.

El apoyo de China le resulta crucial para mantenerse a flote. Por fortuna para Maduro, Beijing ve más costo que beneficio en soltarle la mano y dejar a su mayor aliado político en América Latina a merced de Washington. Por eso el gobierno chino sigue haciendo caso omiso de las denuncias de ruptura del orden constitucional en Venezuela.

“China rechaza firmemente cualquier injerencia externa en los asuntos venezolanos”, dijo ayer Zhao Bentang, director general del Departamento para América Latina y el Caribe del Ministerio chino de Asuntos Exteriores, en un breve encuentro con la prensa al que asistió PERFIL. “El presidente Maduro ganó su reelección en mayo y eso marcó el inicio de una nueva etapa para lograr la estabilidad en Venezuela. Confiamos en que el pueblo venezolano podrá resolver sus propias cuestiones en un marco legal. No habrá cambios en nuestra amistad con Venezuela”.