El senador republicano estadounidense Marco Rubio, una de las voces a las que más atención presta el presidente Donald Trump en los asuntos concernientes a Venezuela, alentó al ejército de ese país a levantarse contra Nicolás Maduro. “El mundo apoyaría a las Fuerzas Armadas de Venezuela si decidieran proteger al pueblo y restaurar la democracia quitando a un dictador”, escribió Rubio en su cuenta de Twitter.
“Los soldados comen de los cubos de basura y sus familias están hambrientas en Venezuela mientras Maduro y sus amigos viven como reyes y bloquean la ayuda humanitaria", agregó. En varios tuits Rubio citó palabras de Simón Bolívar para justificar un levantamiento militar. “Cuando la tiranía se hace ley, la rebelión es un derecho”.
El senador por Florida, de 46 años y anticastrista de orígen cubano, juega un papel clave en el desarrollo de la política de Trump hacia Venezuela, un país que el mandatario republicano ha situado en el centro de su política hacia América Latina. Fue el artífice de la reunión que hace un año, el 15 de febrero de 2017, mantuvieron en el Despacho Oval Trump y Lilian Tintori, la esposa del líder opositor venezolano Leopoldo López.
Rubio también es una de las mentes detrás de las rondas de sanciones que la administración Trump está imponiendo al entorno político de Maduro para presionar para una vuelta a la “senda constitucional” y que alcanzan ya a medio centenar de altos funcionarios venezolanos, incluido el propio mandatario.
En agosto pasado, el presidente Trump aseguró además que no descartaba una opción militar para Venezuela: “Tenemos tropas en todo el mundo, en lugares que están muy muy lejos. Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo y muriendo. Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluyendo una posible opción militar si es necesaria”, dijo.
El gobierno de Venezuela condenó las palabras de Marco Rubio subrayando que la Fuerza Armada está “comprometida” con la celebración de elecciones presidenciales el próximo 22 de abril. “Tratan de que surja en Venezuela un Pinochet, un Stroessner o un dictador del Plan Cóndor, pero estos son otros tiempos”, dijo el canciller Jorge Arreaza, refiriéndose a la operación articulada por regímenes militares en Sudamérica contra la izquierda entre las décadas de 1970 y 1980.