Texas vive una de sus peores tragedias climáticas en décadas: al menos 104 personas murieron tras las inundaciones que arrasaron la región central del estado durante el fin de semana del 4 de julio. Equipos de rescate continúan buscando desaparecidos, mientras Estados Unidos entra en duelo. En paralelo, crecen las voces que cuestionan la falta de un sistema de alertas eficiente en una zona que se conoce como el “callejón de las inundaciones repentinas”.
Los meteorólogos anunciaron más inundaciones debido a las lluvias que caen sobre terrenos saturados, lo que dificulta las labores de rescate con helicópteros, barcos y perros. "Todavía hay una amenaza de fuertes lluvias con el potencial de causar inundaciones", indicó el gobernador de Texas, Greg Abbott, en un comunicado el lunes.
Es que las lluvias torrenciales sorprendieron a cientos de familias durante el viernes feriado por el Día de la Independencia. Solo en el condado de Kerr, el más golpeado por el desastre, se reportaron 84 fallecidos, entre ellos 28 menores, que se alojaban en un campamento de verano llamado Camp Mystic, ubicado junto al río Guadalupe, en el estado del sur.
La crecida fue abrupta y tomó por sorpresa a todos durante la noche del jueves. El agua que llegó hasta las copas de los arboles, arrastró a parte de las niñas y de los guías que dormían en las cabañas. "Texas está de luto en este momento", señaló el senador por ese estado Ted Cruz. En total se registraron al menos 104 muertes relacionadas con las inundaciones en la región central de Texas y se espera que el número de víctimas siga en aumento.
“Texas, en general, lidera en el país con las muertes por inundaciones, y por un amplio margen”, aseguró el profesor de Ingeniera Civil y Medio Ambiental de la Universidad de Texas, Hatim Sharif, en un artículo publicado en The Conversation. Luego de revisar datos desde 1959 a 2019, encontró que 1069 personas murieron en esta clase de tragedias en el estado durante ese período y muchos de esos decesos se produjeron en el área escenario de la actual tragedia.
Sharif recordó que en 1987 otras lluvias en el oeste del condado de Kerr hicieron que el río Guadalupe se desbordara rápidamente, provocando hechos similares a los de los últimos días. “Diez adolescentes que estaban siendo evacuados de un campamento murieron en esa crecida”, rememoró.
La geografía también explica por qué la región es propensa a precipitaciones torrenciales. En esta parte de Texas se encuentra la llamada Escarpa de los Balcones, una línea de acantilados y colinas empinadas creada por una falla geológica.
Una catástrofe que "nadie esperaba"
El presidente Donald Trump firmó el domingo una declaración de catástrofe grave, lo que permite el envío de recursos federales para las operaciones de rescate. El mandatario describió las inundaciones como una "catástrofe no vista en 100 años" que "nadie esperaba".
Donald Trump fue objeto de críticas por imágenes suyas que se viralizaron jugando al golf este fin de semana. El mandatario respondió: "Hubiera visitado Texas, pero sería solo para estorbar. Queremos dejar pasar un poco de tiempo". Se espera que visite Texas el viernes.
Nicole Wilson, madre de San Antonio que casi envía a sus hijas a Camp Mystic, lanzó una petición en Change.org exigiendo al gobernador Abbott modernizar la red de alertas: "Cinco minutos de esa sirena sonando podrían haber salvado a cada uno de esos niños", dijo a la agencia de noticias AFP.
El lunes por la noche, en una vigilia con velas en San Antonio, los tejanos se reunieron para rezar por las víctimas del desastre.
"No esperaba que nuestros ríos crecieran tan rápidamente", dijo Rebeca Gutiérrez, de 29 años. "Esperemos que se hagan esfuerzos preventivos en zonas similares para asegurarnos de que no ocurra nada de este calibre", agregó.
