México inició esta semana su reapertura económica y social tras el confinamiento por el Covid-19, justo cuando su propagación y mortalidad alcanzan en el país picos altos, sembrando dudas sobre la eficacia del gobierno para medir el alcance de la pandemia.
El país, de 127 millones de habitantes, registra más de 12.500 muertos y de 105 mil contagios. Es el segundo con más defunciones en América Latina después de Brasil.
Aunque la estrategia ha tenido aciertos como la rápida identificación de los primeros casos, un inicio oportuno de la cuarentena y el incremento de la capacidad hospitalaria, las críticas al gobierno coinciden en su negativa a hacer pruebas masivas de detección.
Según la Universidad de Oxford, México solo realiza 1,95 pruebas por cada mil habitantes, ocupando el último lugar entre los países latinoamericanos con información disponible.
Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud y vocero de la estrategia oficial, asegura que técnicamente no se puede definir una cifra óptima de pruebas a realizar. No se opone a aplicarlas, sino a hacerlo sin propósito claro.
El funcionario explica que realizar muchos tests y seguimiento de casos es relevante para contenerlos, algo que México hizo al inicio de la epidemia. Cuando la propagación se hizo local y el crecimiento exponencial, se pasó a la mitigación, con confinamiento y expansión hospitalaria.
Ya en proceso de desconfinamiento, López-Gatell considera que tiene sentido hacer “todos los necesarios”, pues la contención es nuevamente el mejor enfoque para prevenir rebrotes donde reinician actividades.
Alejandro Macías, ex comisionado nacional contra la pandemia de influenza AH1N1 que surgió en México en 2009, coincide en que no existe un número óptimo de pruebas, pero cree que aplicar más genera información valiosa y visibiliza mejor el fenómeno en cualquiera de sus fases, mejorando la respuesta.
El experto prevé que a futuro la escasez de exámenes en México “se analizará como el pecado original” de la respuesta contra la epidemia. “Andamos un poco a ciegas”, dice.
Otro de los problemas que enfrenta México es que el gobierno no sabe exactamente cuántos infectados hay en el país, ni cuántas muertes ha provocado el Covid-19.
Aunque se da una cifra diaria de casos confirmados y de fallecimientos, con información de 475 unidades de vigilancia epidemiológica, ya no se hacen proyecciones de casos no identificados de coronavirus y muchas muertes se registran como sospechosas por falta de pruebas de detección.