Desde hace una semana los habitantes de Washington conviven con miles de militares que patrullan las calles para combatir la delincuencia, y lo hacen con una mezcla de resignación, preocupación y hasta fastidio.
El presidente republicano Donald Trump decidió enviar 2 mil efectivos de la Guardia Nacional al distrito, gobernado por la oposición demócrata, para lo que él describe como una ofensiva contra la delincuencia en la capital estadounidense.
El mandatario republicano, de 79 años, argumentó que Washington es un “pozo de ratas plagado de delincuencia”, y ya anticipó que hará lo mismo con otras dos importantes ciudades lideradas por demócratas. “Creo que Chicago será la siguiente y luego ayudaremos con Nueva York”, apuntó.
Pese al rechazo de un importante sector de los habitantes de Washington, Trump sostuvo que las tropas se quedarán ahí un tiempo.
“Vamos a hacerla más segura y luego vamos a ir a otros lugares, pero vamos a quedarnos aquí por un tiempo. Queremos hacerlo absolutamente perfecto”, sostuvo el jueves pasado, cuando fue a visitar a los miembros de la Guardia Republicana, a quienes les repartió pizzas y hamburguesas preparadas en la Casa Blanca.
“¡Liberen a DC!”. Trump habló un día después de que su vicepresidente, JD Vance, fuera recibido con abucheos y gritos de “¡Liberen a DC!” –en referencia al Distrito de Columbia, el distrito federal que incluye Washington– durante su propio encuentro con las tropas desplegadas en la ciudad.
Vance desestimó esas críticas y calificó a los protagonistas de la protesta de “banda de manifestantes locos”.
Además de sacar a las tropas a las calles de la capital, Trump ha buscado tomar el control total del departamento de policía de Washington, al intentar marginar a su dirección.
El despliegue militar se produce después de que el presidente enviara en junio a la Guardia Nacional y a la Infantería de Marina para sofocar disturbios en Los Ángeles, California, provocados por las redadas migratorias.
Algunos residentes en la capital han aplaudido la represión, destacando los niveles de delincuencia en sus barrios, pero otros se han quejado de que la demostración de fuerza es innecesaria o no se ha visto en aquellas zonas donde se concentra la violencia.
Caída de la delincuencia. Varios incidentes relacionados con el despliegue militar se han vuelto virales, como la detención de un hombre que fue grabado lanzándole un sándwich a un agente después de una noche de fiesta.
Carteles al estilo Banksy en honor al llamado “hombre del sándwich” han aparecido por toda la ciudad.
Políticos republicanos afirman que Washington está plagada de delincuentes y personas sin hogar y tiene una mala gestión financiera.
Sin embargo, los datos de la policía de Washington contradicen esta postura, ya que muestran descensos significativos en los delitos violentos entre 2023 y 2024, aunque esto ocurrió tras un aumento repentino tras la pandemia.
En enero, un comunicado del Departamento de Justicia indicó que, según esos datos, “el total de delitos violentos en el Distrito de Columbia para 2024 se redujo un 35% con respecto a 2023 y se encuentra en su nivel más bajo en más de treinta años”.
Trump desestimó estos datos oficiales y acusó a la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, de “dar cifras de delincuencia falsas y sumamente inexactas. Es más, amenazó con “cosas malas”, incluyendo la intervención federal total de la ciudad, si persiste en esa línea.
Además del despliegue de la Guardia Nacional, las fuerzas del orden federales, incluyendo el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), también han incrementado recientemente su presencia en las calles de Washington, lo que ha provocado protestas de los residentes. Las redadas contra inmigrantes generan pánico, como en California.
Se desvanece la reunión Putin-Zelenski
Las posibilidades de una cumbre entre los dirigentes de Rusia y Ucrania se desvanecieron estos días, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, pareció cansarse de sus esfuerzos por la paz y Moscú echó por tierra los intentos por poner fin a la guerra.
Trump había generado expectativas el lunes pasado al decir que Vladimir Putin y Volodimir Zelenski, habían acordado un encuentro cara a cara, pero el viernes aseguró que tal reunión era tan difícil como mezclar “aceite y vinagre”.
“Veremos si Putin y Zelenski van a trabajar juntos. Ya saben, es un poco como el aceite y el vinagre. No se llevan muy bien, por razones obvias”, dijo Trump a periodistas en Washington.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, desestimó por su parte el encuentro al asegurar que no había “ninguna reunión prevista” entre Putin y Zelenski. Trump volvió a darle “dos semanas” al mandatario ruso para buscar un alto el fuego.
RP/Agencias