El avión que el sábado 31 se estrelló en la península del Sinaí con 224 personas a bordo pudo estallar en pleno vuelo por una bomba colocada por los yihadistas de Estado Islámico, según indica la Inteligencia estadounidense. Por otra parte, el Reino Unido cree que la aeronave pudo haber sido derribada por un artefacto.
“Mientras que la investigación sigue en curso no podemos asegurar las razones por las que el avión ruso se estrelló”, manifestó la oficina del primer ministro, David Cameron, en un comunicado. “Pero a medida que ha ido revelándose más información hemos comenzado a preocuparnos de que el avión pudo haber sido derribado por un artefacto explosivo”, agregó.
Ante esto, el Reino Unido decidió cancelar todos los vuelos procedentes de Sharm al Sheikh para Gran Bretaña previstos para este miércoles. Así, permitirá a un equipo de expertos británico trasladarse a Sharm para hacer una evaluación de las medidas de seguridad en el aeropuerto. Las autoridades británicas confían en que ese examen se completará esta noche.
Por su parte, Egipto descartó la hipótesis de un ataque terrorista, mientras que el director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, James Clapper, dijo hace dos días que no hay ninguna “evidencia directa” de terrorismo en la catástrofe aérea.
Con todo, la rama egipcia del grupo terrorista Estado Islámico (EI) insistió en su reivindicación del derribo del avión ruso, aunque no ofreció detalles sobre cómo se hizo.
Las investigaciones para determinar las causas del siniestro continúan en marcha, mientras en paralelo continúan los trabajos de identificación de las víctimas, después de que los cadáveres de los 217 pasajeros y siete tripulantes que viajaban en el aparato con destino a San Petesburgo hayan sido trasladados a la ciudad rusa.