Tras una noche de domingo caótica en Israel, este lunes 27 de marzo el presidente y el centro sindical del país de Medio Oriente le pidieron al Primer ministro Benjamin Netanyahu, bajo la amenaza de una huelga general, que detenga el proyecto de reforma judicial que provocó fuertes manifestaciones.
"Toda la nación está profundamente preocupada. Nuestra seguridad, nuestra economía y nuestra sociedad están amenazadas", declaró al respecto el presidente israelí, Isaac Herzog, quien llamó al gabinete de Netanyahu a "detener inmediatamente el proceso legislativo en nombre de la unidad del pueblo de Israel".
El jefe de Histadrut, el centro sindical de Israel, también presionó a las autoridades y convocó a una huelga general inmediata para este lunes. "Tenemos la misión de detener este proceso legislativo, y lo haremos", anunció Arnon Bar-David, quien dirige a la agrupación.
Desde el Colegio de Médicos decidieron participar de los reclamos y no tardaron en anunciar una "huelga total en el sistema sanitario", la cual repercute directamente en el funcionamiento de los hospitales públicos.
Los vuelos correspondientes al aeropuerto internacional Ben Gurion, cerca de Tel Aviv, también se vieron afectados por el paro, según lo confirmó una vocera aeroportuaria en diálogo con la agencia AFP.
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El paro y el llamado a huelga derivaron de las manifestaciones que se realizaron este domingo por la noche en Tel Aviv, donde más de 600.000 personas salieron a las calles después de que Netanyahu destituyera al ministro de Defensa, Yoav Gallant, luego de que este solicitara una pausa de un mes en el marco del proceso de reforma judicial del Gobierno.
El proyecto que promueve el Gobierno, el cual es considerado uno de los más derechistas en la historia de Israel, tiene como objetivo incrementar el poder de los políticos sobre los jueces y disminuir el papel de la Corte Suprema.
Al respecto, quienes se oponen considerar que la reforma judicial planteada constituye una amenaza a la separación de poder y al carácter democrático del Estado de Israel, por lo que se generó un enorme movimiento popular con manifestaciones masivas en busca del rechazo del proyecto.
Si bien los reclamos han tenido lugar durante los últimos tres meses, la movilización del domingo fue mucho mayor y los manifestantes ocuparon una de las avenidas principales de Tel Aviv, montaron barricadas y encendieron fogatas mientras ondeaban banderas israelíes y repetían gritos de protesta.
"¡Israel no es una dictadura!" y "No a un gobierno fascista", fueron algunas de las consignas repetidas por los manifestantes, quienes, finalmente, fueron reprimidos por la Policía con camiones hidrantes.
Israel y un Gobierno de ultraderecha
Por supuesto, el Primer ministro Netanyahu y sus aliados de extrema derecha continúan defendiendo la reforma judicial, argumentando que esta es una manera de equilibrar la correlación de fuerzas entre los cargos electos y la Corte Suprema, a la cual calificaron como "politizada".
De esta manera, el proceso legislativo sigue en pie y por eso este lunes la comisión parlamentaria de leyes votó a favor de un elemento clave para la reforma: el proyecto de ley que modifica el proceso de nombramiento de los jueces.
En este sentido, en la noche del pasado jueves, a través de un discurso televisivo, Netanyahu se comprometió a "poner fin a la división". Sin embargo, reiteró y sostuvo su determinación de avanzar con la reforma.
Un día después de su anuncio, el funcionario fue llamado al orden por la justicia, ya que calificaron como "ilegal" su intervención pública en relación a la reforma judicial, ya que consideran que puede implicar un proceso de sobornos, fraude y abuso de confianza.
AS/ff