Un barco brasileño que participa de la búsqueda del avión militar chileno con 38 personas a bordo desaparecido el lunes cuando iba rumbo a la Antártida encontró este miércoles "objetos personales y restos compatibles con la aeronave", informó el presidente brasileño Jair Bolsonaro.
"El Ministerio de Defensa informa que el Navío Polar Almirante Maximiano, de la Armada de Brasil, recogió, alrededor de las 15.45, objetos personales y restos compatibles con la aeronave Hércules C-130, de la Fuerza Aérea de Chile, que estaba desaparecida desde la madrugada del martes", dijo el mandatario brasileño en su cuenta de Twitter.
El avión desapareció el lunes con 38 personas a bordo cuando sobrevolaba las tormentosas aguas del paso Drake, que separan el extremo sur de América de la Antártida, donde este miércoles fueron hallados flotando restos de una aeronave que podría ser la accidentada.
Cruce de océanos
En el fin del mundo, el paso Drake -también conocido como mar de Hoces, en alusión al navegante español Francisco de Hoces que llegó a esta zona en el siglo XVI- marca la unión del océano Pacífico con el Atlántico. Con unos 850 km de ancho y una profundidad de entre 3.500 y 4.000 km, este mar soporta vientos que pueden superar los 100 km por hora, y entre diciembre y febrero sus olas alcanzan hasta 15 metros de altura.
"Se puede decir que son unas de las aguas más tempestuosas del planeta", dijo Felipe Rifo, jefe del Centro Meteorológico de la Armada en Punta Arenas, ubicada a unos 3.000 km al sur de Santiago. Desde esta ciudad despegó el lunes a las 19H55 GMT el avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de Chile (FACH), declarado horas después "siniestrado" cuando sobrevolaba el paso Drake, a mitad de camino de su destino final: la base chilena Eduardo Frei, una de las más extensas de la Antártida.
Condiciones climáticas inhóspitas
Los sistemas frontales que circulan en el paso Drake, nombrado así en honor a Francis Drake, un navegante inglés que lo cruzó en 1578, generan mucha nubosidad y precipitaciones continuas que, sumadas a la altura de las olas del mar, llevan a que la zona sea considerada una de las de mayor peligrosidad para la navegación, tanto marítima como aérea.
Cuando se produjo el accidente del avión militar, los vientos en la zona alcanzaban los 90 km por hora y las olas eran de entre cuatro y cinco metros. "Ahora y hasta el domingo, se esperan vientos de 20 a 30 km por hora y olas de dos o tres metros, condiciones mucho mejores a las del día del accidente", comentó el teniente Rifo. Buenas condiciones que permitieron que el buque de bandera chilena Antarctic Endeavour identificara este miércoles lo que podrían ser partes de los restos de esponjas de los tanques internos de combustible del C-130, según informó la Fuerza Aérea.
Cementerio de buques
El paso Drake, considerado como la vía de comunicación más austral entre el océano Pacífico y el Atlántico, se ganó la fama de cementerio de buques. En los registros marinos se contabilizan más de 800 barcos hundidos en la zona desde el siglo XVII, con más de 10.000 marinos víctimas de sus aguas.
Satélites de máxima precisión y la medición al minuto de las condiciones climáticas llevaron a contener en los últimos años el peligro que significa para los viajeros cruzar desde continente americano rumbo a la Antártida, pero la zona sigue siendo un gran desafío para navegantes y pilotos.
Cerca de 15 aviones y cinco barcos de distinto tamaño de Chile, Argentina, Uruguay, Brasil y Estados Unidos participan en la operación de búsqueda del avión, uno de las más seguros de la Fuerza Aérea de Chile (FACH). Un total 285 efectivos de la Fuerza, 286 de la marina chilena y 69 extranjeros, toman parte del operativo. La legislación chilena establece un plazo inicial de seis días, extensible a otros cuatro para las labores más intensas de búsqueda.
D.S.