INTERNACIONAL
Ultraderecha en Alemania

Perpetua para un neonazi alemán que mató a un político del partido de Angela Merkel

Durante el juicio, el fiscal calificó el asesinato como el primer crimen político neonazi desde la Segunda Guerra Mundial. La víctima defendía la decisión de Merkel de permitir la llegada de inmigrantes.

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Durante el juicio, que se desarrolló en Frankfurt, el condenado pidió perdón por su crimen "cobarde". | AFP

Pocas horas después del Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, un tribunal alemán condenó hoy a cadena perpetua al asesino ultraderechista de un político, en lo que el fiscal de la causa calificó como el primer crimen político de extremistas neonazis desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Stephan Ernst, de 47 años, fue condenado a perpetua, sin posibilidad de libertad condicional, por haber asesinado en junio de 2019 a Walter Lübcke, un político del partido de la canciller Angela Merkel que apoyaba su decisión de abrir las puertas a los inmigrantes.

El 2 de junio de 2019, Lübcke, que tenía 65 años, estaba fumando un cigarrillo en la terraza de su casa cuando Ernst le disparó una bala en la cabeza, prácticamente a bocajarro. “No hay ninguna duda de su culpabilidad”, dijo el presidente del tribunal, Thomas Sagebiel.

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Un cómplice, que le enseñó a disparar sin conocer aparentemente sus intenciones, fue condenado a un año y seis meses de cárcel.

Durante el juicio, Ernst pidió perdón a la familia de la víctima por su crimen “cruel y cobarde”.

Lübcke había manifestado un apoyo claro a la acogida de migrantes decidida por Merkel por lo que había sido repetidas veces amenazado de muerte por neonazis.

Entre 2015 y 2016 más de un millón de refugiados fueron recibidos en Alemania. Un año después, en las elecciones legislativas, el partido de extrema derecha Alternativa por Alemania (AfD) logró entrar en el parlamento, en gran parte como reacción a esas políticas.

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El asesinato de Lübcke obligó a las autoridades alemanas a revisar la gravedad de la amenaza que los neonazis plantean al país, tras años de ataques extremistas de extrema derecha contra inmigrantes, como el que protagonizó en el año 2000 el grupúsculo neonazi NSU, que provocó la muerte de ocho migrantes turcos, un griego y una policía alemana.

Durante el proceso se revelaron graves fallas de la policía en el caso, como no haber informado a las autoridades que entregan los pedidos de armas que el cómplice de Ernst era un simpatizante de la extrema derecha, o de los servicios de inteligencia, que habían dejado de investigar al condenado pese a que tenía un pasado de violencia contra inmigrantes.

En los últimos meses, Alemania se ha visto sacudida por las revelaciones de que redes ultraderechistas han penetrado con fuerza en los servicios de seguridad, incluyendo las fuerzas especiales de élite, así como la policía.

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Hoy, la amenaza neonazi es real y es una de las prioridades de los servicios de inteligencia alemanes. En diciembre, un simpatizante de extrema derecha fue condenado a cadena perpetua por haber estado a punto de cometer una masacre el día de la fiesta judía del Yom Kippur, en una sinagoga de la ciudad de Halle. Al no lograr entrar en el lugar sagrado mató a una mujer que pasaba por allá y a un hombre en un restaurante frecuentado por migrantes.

En febrero de 2020 otro hombre mató a nueve personas de origen extranjero en dos bares de Hanau, cerca de Frankfurt, antes de suicidarse.

El miércoles la justicia alemana también allanó el camino para juzgar a una simpatizante de extrema derecha, sospechosa de haber querido atacar a autoridades y a musulmanes.

 

SF