El primer ministro libanés Fuad Siniora expresó hoy su “determinación de continuar su acción pese a las presiones", mientras un millón de personas, entre miembros de Hezbollah y militantes pro-sirios, se reunieron en una plaza del centro de Beirut para provocar su caída.
Siniora realizó estas declaraciones durante una conversación telefónica con su homólogo francés, Dominique de Villepin, quien se encontraba en una gira por África. Villepin " le confirmó el pleno apoyo de Francia a la acción de su gobierno en favor de un Líbano soberano y democrático", informó una fuente gubernamental.
El gobierno del primer ministro cuenta con el respaldo de Estados Unidos y de la Unión Europea por su oposición al movimiento Hezbollah, al que Occidente tilda de “terrorista”.
Mientras tanto, la movilización convocada para hoy por Hezbollah y sus aliados superó las expectativas de convocatoria y reunió a un millón de personas en la plaza Riaz al-Solh que exigen la dimisión de Siniora.
"Gobierno de unidad nacional, no al gobierno americano", "Por el Líbano", y "Queremos vivir, pero con honor", fueron algunas de las leyendas exhibidas por manifestantes, que portaban también banderas libanesas.
También en la plaza, militantes opositores preparaban grandes tiendas en las cuales se hará a partir de hoy una vigilia en pos de la caída del Gobierno.
Fuego cruzado. Durante el día de ayer, el jeque Hasan Nasrallah, que lidera la oposición, calificó al gobierno de Siniora de "incompetente" y lo acusó de "no haber podido materializar sus compromisos".
El Primer Ministro, por su parte, respondió acusando a la oposición de intentar derrocar al sistema democrático, algo que, afirmó, "no permitiremos".