Con sentimientos enfrentados según el lugar que le tocó a cada cual en aquella trágica historia, Europa inició ayer las conmemoraciones por el centenario de la Primera Guerra Mundial. El acto principal tuvo lugar en Sarajevo, donde el 28 de junio de 1914 el joven serbiobosnio Gavrilo Princip asesinó al heredero del Imperio austro-húngaro, el archiduque Francisco Fernando. Pero la población serbia de Bosnia rechazó la ceremonia oficial: no considera a Princip un terrorista, sino un héroe nacional que luchó contra la ocupación austrohúngara tras la anexión de la nación al Imperio en 1908.
Ayer comenzó una larga serie de eventos que durante los próximos meses se sucederán en Alemania, Francia, el Reino Unido y otros países para evocar la Gran Guerra. Esta semana, los líderes de la UE realizaron una cumbre en la ciudad belga de Ypres, escenario de cruentas batallas, como forma de enviar una señal de unidad y reconciliación.
Sin embargo, el recuerdo del 100º aniversario del conflicto dejó al descubierto viejas heridas y expuso las divisiones que aún existen entre croatas, musulmanes y serbios en Bosnia. En Sarajevo, el acto se concentró en la figura de Francisco Fernando como víctima: la Filarmónica de Viena ofreció un concierto en la antigua biblioteca de la ciudad, el último sitio que el archiduque visitó junto a su esposa Sofía antes de que ambos fueran asesinados.
En cambio, los serbios creen que croatas y musulmanes utilizan el centenario de la guerra para demonizarlos y presentarlos como únicos responsables del estallido de la contienda. “Nunca se debe olvidar que aquel disparo abrió la vía de la libertad y la liberación de la esclavitud”, dijo el cineasta serbio Emir Kusturica, organizador de un “contraacto” para homenajear a Princip, que en 1914 tenía sólo 19 años e integraba la organización revolucionaria Joven Bosnia.
Es evidente que en las interpretaciones opuestas sobre el magnicidio se juegan también los rencores por la guerra civil en Bosnia de los años noventa. Al justificar su rechazo a la ceremonia oficial en Sarajevo, el miembro serbio de la terna presidencial bosnia, Nebojsa Radmanovic, acusó a las autoridades de haber supeditado los actos a su propia interpretación del conflicto nacional.
¿Fue Princip un factor decisivo en el camino hacia la “guerra total”? Antes de morir en la cárcel, un psiquiatra le preguntó si se sentía responsable de haber desencadenado el conflicto. El muchacho respondió: “Si no lo hubiera hecho, los alemanes hubieran encontrado otra excusa”.