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Coronavirus

Por qué la pandemia destruyó tantos empleos en Estados Unidos

Según las últimas cifras oficiales, más de 40 millones de norteamericanos pidieron el subsidio de desempleo, lo que equivale a uno de cada cuatro trabajadores.

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Una cifra récord de desempleados. Filas para cobrar el subsidio. | AP

Más de 2,12 millones de norteamericanos pidieron el subsidio de desempleo en la última semana, lo que eleva a más de 40 millones los empleos que desde marzo destruyó la pandemia en Estados Unidos, afectando a uno de cada cuatro trabajadores activos del país, pese a que el gobierno puso en marcha un programa de estímulo billonario.

Los últimos datos del departamento de Trabajo, divulgados hoy, son menores a los de semanas anteriores, pero siguen siendo excepcionalmente altos y la cifra total de desempleos sólo había sido vista durante la Gran Depresión de los años ’30 del siglo pasado.  

En abril, el Congreso norteamericano aprobó un paquete extraordinario de estímulo de una cifra récord de 2,3 billones de dólares, para asistir a empresas e individuos a enfrentar las dificultades económicas generadas por las medidas tomadas para enfrentar el coronavirus.

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A diferencia de otros países, donde las ayudas públicas se canalizaron a través de las empresas para ayudarlas a pagar los salarios y no despedir a nadie, en Estados Unidos la asistencia a las personas consistió en un cheque de 1.200 dólares para aquellos con ingresos mínimos.

La idea central de la iniciativa es que la gente vuelque ese dinero en el consumo y ayude a la reactivación, pero según estudios citados por el New York Times muchos cheques fueron a personas que prefirieron depositarlos o pagar deudas atrasadas.

Analistas citados por el Times se preguntaron por qué el impacto en el empleo es tan grande en Estados Unidos, a diferencia de lo que sucede en otros países, sugiriendo que el enfoque de concentrarse en mantener el empleo hubiera sido preferible.

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A medida que varios estados han comenzado a levantar las restricciones, algunos trabajadores ha sido convocados nuevamente, pero la vuelta a la normalidad de comercios y empresas es muy lenta, entre temores de un rebrote del virus. El martes la Ford cerró una planta en Kansas City después de que un operario diera positivo a un test, y antes ya había cerrado otras dos, preventivamente.

El economista argentino Marcelo Resico, de la UCA, destaca que, de todos modos, Estados Unidos tiene un seguro de desempleo –de 600 dólares por semana- y recuerda que se trata de “una economía de máxima flexibilidad”.

“Es un criterio de flexibilidad; que las empresas se desprendan del empleo cuando no lo necesitan, y que cuando lo necesiten lo puedan tomar”, explica.

Eduardo Fraccia, director académico del área Economía del IAE, coincide: “En Europa hubo asistencia más directa a empresas para mantener a los empleados, como si fuese el Programa ATP de Argentina. Es cierto que en Estados Unidos trepó mucho el desempleo, pero los despidos se cubren con el seguro”.

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“En Europa, agrega Resico, si bien también hay seguros de desempleo y son más generosos, están tratando de defender los empleos, un criterio diferente, y el desempleo aumentó menos porque los estados están ayudando a los empresas. En Dinamarca, por ejemplo, no autorizaron que haya desempleo, porque piensan que después de la crisis se reanuda todo normalmente y las empresas necesitarán esa gente”.

En Francia se implementó un sistema que prevé que el estado pague el 84 por ciento de los salarios netos y el 100 por ciento de los sueldos mínimos. Según las cifras oficiales, más de once millones de trabajadores y casi un millón de empresas recibieron ese beneficio.

“Son países con una postura fiscal mucho más sólida, con una capacidad de endeudarse mucho mayor”, recuerda Resico.

En Europa, apunta Martín Calveira, especialista en macroeconomía, “en principio las políticas se gestionaron por el lado monetario y del crédito a empresas. En estos días tanto desde el Banco Central Europeo como desde la presidencia de la Comisión Europea, están referenciando que debe activarse la política fiscal, ya que la monetaria no tiene más espacio”.

“Acá estamos casi en default, cayó la recaudación, no tenemos capacidad de financiamiento, ni hay seguro de desempleo. Acá directamente está prohibido despedir”, concluye Resico.