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Quién es ‘el juez valiente’ que acorrala a la realeza española

El juez José Castro Aragón, interrogó a la infanta Cristina por supuestos delitos de malversación de fondos públicos.

Simple. Sus sentencias son claras, evita la toga y usa bicicleta.
| AFP

Desde Madrid
Le llaman el “juez valiente”. Resistió críticas, presiones y difamaciones. Ante la mirada atónica de los ciudadanos de a pie, sentó ante él, por primera vez en la historia, a un miembro de la corona –la infanta Cristina– para interrogarle por supuestos delitos de malversación de fondos públicos y evasión al fisco.


El juez José Castro Aragón, instructor del caso Noos, es un cordobés de 68 años, a punto de jubilarse. Ingresó a la carrera judicial en 1976 y en 1985 llegó a Mallorca asignado a la Magistratura de Trabajo. En 1991, asumió la titularidad del Juzgado de Instrucción 3 de Palma, adonde llega cada mañana en su bicicleta.

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Los focos de los medios cayeron sobre él, cuando le tocó instruir el caso Palma Arenas, en contra Jaume Matas, antiguo presidente del gobierno autonómico de las Islas Baleares y ex ministro del ex presidente José María Aznar, que comenzó con una denuncia por el sobrecosto del velódromo palmesano por 90,6 millones de euros, hasta convertirse en uno de los mayores escándalos de corrupción de España, e implicar a treinta personas, entre ellas al yerno del rey, Iñaki Urdangarin, encausado el 29 de diciembre de 2011 por la presunta ilegalidad de los convenios firmados en 2005 y 2006 entre la Fundación Illesport, el Instituto Balear de Turismo (Ibatur), dependientes del Govern balear, y el Instituto Nóos, presidido por él, y el ex presidente balear, Jaume Matas.

Con serenidad imperturbable, sobrelleva la notoriedad que le aportó el encausamiento de Urdangarín y la imputación de la Infanta Cristina. No está asociado a ninguna asociación judicial y rehúsa usar toga cuando toma declaración. Su despacho, está ubicado al final del pasillo en la segunda planta de un viejo colegio salesiano, que oficia desde hace años de sede judicial de Palma.

De amplia calificación laboral e intelectual, Castro prefiere dejar la jerga jurídica de lado y redactar sus sentencias con un lenguaje sencillo y claro, porque entiende que “éstos deben ser legibles para todos los ciudadanos”. Don Pepe es un auténtico fan de Sabina e hincha del Real Madrid, aunque también, admirador del Barcelona. El “juez valiente” sólo intenta hacer justicia. Algo muy apreciado por estos tiempos y estos lugares.