Ketanji Brown Jackson hizo historia al convertirse en la primera jueza negra de la Corte Suprema de Estados Unidos luego de una reñida votación en el Senado. La distinguida jurista era la preferida por el presidente Joe Biden para ocupar un lugar en el máximo tribunal donde prevalecen mayoritariamente hombres blancos desde hace 233 años.
Este jueves 7 de abril el Congreso estadounidense estalló en aplausos cuando la mujer de 51 años fue confirmada por 53 votos contra 47 como una de los nueve jueces. "Este es un gran momento para la jueza Jackson, pero es un gran momento para Estados Unidos a medida que avanzamos hacia una unión más perfecta", dijo el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, antes de la votación que catapultó a Jackson al máximo tribunal, un momento que el presidente Joe Biden calificó de "histórico".
A pesar de que entrará en los libros de historia por romper un estereotipo de género y raza en la institución, Jackson aseguró que su trayectoria es "ligeramente diferente", especialmente por su experiencia como abogada penalista de personas de bajos recursos a diferencia de sus flamantes colegas que se desempeñaron como fiscales. "Espero que pueda ser interesante", señaló.
Ketanji Brown Jackson, de abogada penalista a la Corte Suprema
Ketanji Brown Jackson nació el 14 de septiembre de 1970 en Washington DC y se crió en Miami, Florida, en el seno de una familia de clase media. Su padre, Johnny Brown, era abogado en una junta escolar y su madre, Ellery, era directora de escuela. Está casada con un cirujano, con quien tiene dos hijas, y es pariente política del expresidente republicano de la Cámara de Representantes Paul Ryan.
En la secundaria, Brown Jackson ganó concursos de elocuencia y más tarde se graduó de la prestigiosa Universidad de Harvard con un promedio alto, lo que la llevó a ocupar distintos puestos tanto en el sector privado como en el público, entre los que destacan haber sido asistente de Stephen Breyer, el juez progresista de la Corte cuyo lugar reemplazará.
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También ejerció la profesión en bufetes de abogados pero también en la Comisión de Penas, una agencia independiente encargada de armonizar la política penal en Estados Unidos. Sin embargo, se destacó en materia penalista como abogada en Washington.
A diferencia de la mayoría de sus compañeros del máximo tribunal de justicia estadounidense, la notable experiencia de Brown Jackson no proviene de fiscalías sino del tiempo que ejerció como abogada defensora de acusados sin recursos en Washington, lo que le dio una vasta experiencia profesional en el sistema penal.
A lo largo de su carrera se vio "impactada" por el desconocimiento de la ley entre los acusados, por lo que cuando en 2013 el expresidente Barack Obama la nombró jueza federal en Washington, se esmeró en explicar sus decisiones a los condenados.
Además, esta idea se vio reforzada por una experiencia familiar que "le hizo tomar conciencia del impacto de la ley en la vida de las personas", según contó un allegado al Washington Post, en referencia a la condena a cadena perpetua de uno de sus tíos en 1989, en virtud de una ley muy represiva que automáticamente imponía cadena perpetua tras tres delitos contra las leyes de estupefacientes.
Brown Jackson a Trump: "Los presidentes no son reyes"
Entre sus mejores frases se destacan aquella dirigida a Donald Trump, cuando en 2019 intentó impedir que el Congreso convocara a uno de sus asesores a rendir cuentas durante su presidencia.
"La principal enseñanza de 250 años de historia estadounidense es que los presidentes no son reyes", replicó la jueza designada por el sucesor de Trump, Joe Biden, ante la influyente Corte Federal de Apelaciones de Washington, considerada un trampolín para la Corte Suprema.
CD / ED