A pesar de que Estados Unidos ha reconocido la administración británica sobre las Islas Malvinas, el gobierno del Reino Unido expresará su malestar por la neutralidad con que la gestión del presidente Barack Obama enfrenta cualquier opinión sobre la soberanía en los archipiélagos disputados con Argentina.
En lo que será la primera reunión oficial entre el canciller británico, William Hague, y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en Londres, el funcionario inglés pedirá al sucesor de Hillary Clinton que su país revise su postura ante la discusión de la soberanía en las Islas Malvinas, en particular ante el referendo que el gobierno malvinense llevará a cabo en los próximos días. Frente a ello, se espera que Estados Unidos eluda la queja, de la misma manera que evadió en 2010 el pedido de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de mediar diplomáticamente en la contienda.
“Estados Unidos reconoce la administración británica de las Islas Falkland, pero no toma posición sobre la soberanía”, remarcaron portavoces de la Cancillería británica a medios locales.
Según sostiene el diario británico The Independent, el temor de Gran Bretaña es que Washington no apoye el resultado del referéndum, medida fuertemente defendida por la administración de David Cameron.
La votación en las Islas es "una oportunidad para que la población exprese su punto de vista sobre cómo quieren ser gobernados, de forma democrática e incontestable, y sin que nadie hable por ellos", opinó Hague a los medios ingleses, que hasta especulan con que Argentina estaría construyendo misiles a partir de un supuesto acuerdo con la República de Venezuela, desmentido días atrás por el ministro de Planificación Julio De Vido.
De acuerdo con el Sunday Times, militares argentinos "están construyendo un cohete capaz de ser lanzado al espacio a una altitud de cerca de 400 kilómetros".
"Los expertos creen que dicha tecnología pueda ser desarrollada para alcanzar 600 kilómetros", distancia que separa al territorio nacional de la plataforma isleña.