El presidente colombiano Juan Manuel Santos recibió este sábado en Oslo el Premio Nobel de la Paz, otorgado hace dos meses por sus esfuerzos para poner fin a medio siglo de sangriento conflicto con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FARC, marxistas) en su país.
El pueblo de Colombia, "con el apoyo de nuestros amigos de todo el planeta, está haciendo posible lo imposible", afirmó Santos al iniciar su discurso tras recibir el galardón. "La guerra que causó tanto sufrimiento y angustia a nuestra población, a lo largo y ancho de nuestro bello país, ha terminado", añadió tajante el jefe de Estado bajo los aplausos del público.
Santos recordó el contratiempo que supuso la victoria del no, por escaso margen, en el plebiscito convocado para refrendar el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC. Este suceso le recordó, dijo, un pasaje de Cien años de soledad del nobel de Literatura Gabriel García Márquez, su compatriota. "Los colombianos nos sentíamos como habitantes de Macondo: un lugar no sólo mágico sino también contradictorio".
"Me propuse convertir este revés en una oportunidad" y, no habían transcurrido cuatro días, cuando llegó la concesión del Nobel, "un regalo del cielo". "En un momento en que nuestro barco parecía ir a la deriva, el Premio Nobel fue el viento de popa que nos impulsó para llegar a nuestro destino: ¡el puerto de la paz!". La guerra interna colombiana se saldó con unos 260.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.
Con el "puerto de paz" Santos se refirió al nuevo acuerdo firmado hace dos semanas y refrendado por el Congreso con el que "comienza el desmantelamiento de un ejército -en este caso un ejército irregular- y su conversión en un movimiento político legal". Con él podemos decir, afirmó el presidente, que América "desde Alaska hasta la Patagonia es una zona de paz".
"Lo imposible puede ser posible", agregó Santos lanzando una pregunta al aire: si se logra aquí por qué no se va a conseguir en el resto del mundo. Santos agradeció en su discurso el respaldo de la comunidad internacional, en particular de Noruega, Cuba, Chile, Venezuela, Estados Unidos y la Unión Europea para acabar con más de medio siglo de conflicto.
También indicó que la condecoración no solo le pertenece a él: "Este premio lo recibo en nombre de cerca de 50 millones de colombianos" y "sobre todo en nombre de las víctimas", y les pidió que se pusieran de pie la delegación de 30 personas, entre representantes de las víctimas, funcionarios del gobierno y familiares, que lo acompañaron a Oslo. Santos también dedicó el galardón a "los héroes de las Fuerzas Armadas de Colombia. Ellos nunca han dejado de proteger al pueblo colombiano" y "tanto a los negociadores del Gobierno como a los de las FARC, mis adversarios, que demostraron una gran voluntad de paz".
"He sido líder en tiempos de guerra -para defender la libertad y los derechos de los colombianos- y he sido líder para hacer la paz", por eso puedo decirles, "que es mucho más difícil hacer la paz que hacer la guerra", confesó el presidente, quien antes fue ministro de Defensa del gobierno de Álvaro Uribe.