INTERNACIONAL
Un país flagelado

Siria: una década de guerra, medio millón de muertos

Diez años atrás, la salvaje represión desatada por el régimen de Al Assad contra manifestantes que pedían democracia en la Primavera Árabe, provocó un conflicto que aun persiste y ha generado un drama humanitario.

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Una guerra abierta con decenas de protagonistas y cientos de miles de víctimas civiles. | Cedoc Perfil

Nacida tras la brutal represión de las protestas que generó la llamada Primavera Árabe, en 2011, la guerra civil -y regional- que desangra a Siria cumple diez años con un balance desolador: al menos medio millón de muertos, casi 200 mil de ellos civiles, entre los cuales 25 mil menores, y millones de refugiados que lo han perdido todo esparcidos por los países vecinos.  

Así surge de un nuevo balance de víctimas que elaboró el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), una ONG independiente con una red de colaboradores en todo el territorio del país que suele manejar información precisa.

Se trata de una guerra civil que derivó en un enfrentamiento generalizado entre fuerzas de todo tipo: yihadistas como Estado Islámico y Al Qaeda, la aviación rusa, milicianos del Hezbollah libanés, la Guardia de la Revolución iraní, combatientes kurdos y tropas turcas que invadieron parte del territorio sirio para crear un “cinturón de seguridad” en la frontera. Y una “coalición internacional” coordinada por Estados Unidos para combatir a EI.

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Más de seis millones de personas debieron dejar todo y huir de los combates.

El conflicto, que surgió tras la represión del régimen de Bachar al Assad de las manifestaciones a favor de la democracia, similares a las que habían sacudido los regímenes de la mayoría de los países de la región, derivó rápidamente en un enfrentamiento abierto entre “rebeldes” islámicos, en muchos casos financiados por Arabia Saudita, Qatar o Kuwait, y las tropas del régimen de Damasco, apoyadas por Rusia e Irán.

Según la organización OSDH, con sede en Londres, que dispone de una amplia red de fuentes militares y médicas en todo el país, la guerra ha provocado exactamente 494.438 muertos. La inmensa mayoría de los fallecidos se produjeron entre “finales de 2012 y finales de 2015”, dijo el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.

El Observatorio ha destacado que ascienden a 159.774 los civiles muertos en el conflicto, entre ellos 25.048 niños. El Ejército y las milicias progubernamentales, precisó el OSDH, han matado a 130.254 civiles, entre ellos 19.691 niños, en operaciones terrestres, bombardeos y torturas en centros de detención.

Diez años atrás estallaba la Primavera Árabe, que hoy es apenas un recuerdo

Asimismo, achacó la muerte de 8.672 civiles, entre ellos 2.099 niños, a los bombardeos de Rusia en apoyo a Damasco, al tiempo que otros 3.847 civiles, entre ellos 973 niños, han muerto en ataques aéreos de la coalición internacional que encabeza Estados Unidos contra Estado Islámico.

Además, en los enfrentamientos murieron 168.000 combatientes prorrégimen, la mitad de ellos soldados sirios. También hubo muertos no sirios pero aliados de Damasco, como 1.707 miembros del movimiento chiita libanés Hezbollah, que combate junto a las fuerzas de Al Assad.

Entre los rebeldes islámicos, el conflicto provocó 79.844 muertos del lado de los rebeldes, incluidos los islamistas, y 68.393 entre los yihadistas, principalmente del Estado Islámico (EI) y de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), antigua rama siria de Al Qaeda.

El OSDH también pudo contabilizar 57.567 muertes en las prisiones gubernamentales y otros centros de detención del régimen, a los que deberían sumarse otros 47.000 detenidos que habrían muerto en las cárceles, pero cuyo deceso no se ha podido confirmar.

Junto a la impresionante cifra de víctimas, la guerra siria ha generado la mayor crisis de refugiados del mundo, según datos de la ACNUR, que contabilizó al menos 5,6 millones de refugiados sirios viviendo en la región, más de 3,5 millones en Turquía. Además, más de 6,2 millones de personas se encuentran desplazadas dentro de Siria.

Acnur elaboró un video que muestra cómo es la llegada de un refugiado a uno de sus campos, en Jordania: 

La intensidad de los combates se ha reducido desde 2020, sobre todo gracias a un alto el fuego en el noroeste de Siria que incluye a Idlib, el último bastión yihadista y rebelde, y también a la pandemia, que ha hecho que muchos esfuerzos se concentren en frenarla.

Tras haber sumado varias victorias a partir de 2015 gracias al apoyo de Rusia e Irán, el régimen de Damasco controla casi dos tercios del territorio. El presidente Bashar al Assad, en el poder desde 2000, fue reelegido en mayo para un cuarto mandato de siete años con más del 95 por ciento de los votos. Las principales fuerzas opositoras no fueron autorizadas a participar.

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Seguidores de Al Assad festejan su victoria. Obtuvo más del 95 por ciento. La oposición no pudo participar. 

Las elecciones se celebraron en medio de una grave crisis económica, con una depreciación histórica de la moneda, una inflación galopante y más de un 80% de la población viviendo bajo el umbral de pobreza, según la ONU. Fueron las segundas elecciones presidenciales desde el inicio de esta guerra devastadora.

En un país con infraestructuras en ruinas, Assad se presenta como el hombre de la reconstrucción. Un reciente informe de la ONG World Vision evaluó en 1,2 billones de dólares el costo económico de la guerra.