Sin tapabocas, ni cierre de bares, restaurantes y tiendas, ni cuarentena obligatoria, Suecia se ha distinguido por una estrategia basada esencialmente en recomendaciones y muy pocas medidas coercitivas. A pesar del endurecimiento de las autoridades en las últimas semanas, están de nuevo en graves dificultades por una temida segunda ola que el país nórdico creyó durante mucho tiempo poder evitar.
El rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, acusó al gobierno de haber fracasado en la estrategia anticoronavirus.
A principios de semana, las hospitalizaciones por covid-19 igualaron el pico del 20 de abril, con cerca de 2.400 pacientes tratados, aunque la proporción en cuidados intensivos es dos veces menor que en primavera, alrededor del 10%-.
El número de muertos llegó a 7.802 el miércoles, de los cuales más de 1.800 desde principios de noviembre, y el de nuevos casos ronda un nivel récord, más allá de 6.000 al día en promedio, según datos oficiales.
De acuerdo a Lars Falk, responsable de cuidados intensivos en el hospital Karolinska de Estocolmo, "Las autoridades de salud pública habían preparado tres escenarios diferentes en verano. Habíamos tomado como referencia el peor, pero resulta que la realidad es el doble de mala de lo que se temía", explicó. Y agregó, "Apretamos las tuercas pero creo que debemos hacerlo aún más, sobre todo durante el periodo de fiestas de fin de año".
Servicios de reanimación bajo presión, demanda de refuerzo de todo el personal sanitario calificado en Estocolmo, mortalidad hasta diez veces superior a la de sus vecinos nórdicos: este otoño, la estrategia sueca, menos estricta frente a la epidemia, repite su muy mediocre balance de primavera.
El número de muertos llegó a 7.802 el miércoles, de los cuales más de 1.800 desde principios de noviembre, y el de nuevos casos ronda un nivel récord, más allá de 6.000 al día en promedio, según datos oficiales
Por su parte, el director sanitario de la región de Estocolmo, Björn Eriksson, sumó "Lamentablemente, el nivel de contagios no disminuye (...) y esto es muy preocupante", describiendo "una presión extrema sobre el sistema de salud". La semana pasada este mismo profesional había dicho, "¡Ya basta! (...) No vale la pena beber una copa después del trabajo, reunirse con gente fuera de casa, hacer compras de Navidad o tomar un café: las consecuencias son terribles".
Las autoridades sanitarias consideraron por mucho tiempo que el nivel elevado de contaminación en primavera permitiría sin duda contener más fácilmente un resurgimiento de la epidemia a largo plazo.
"Creo que tendremos una contaminación relativamente baja este otoño", afirmó en agosto el epidemiólogo jefe, Anders Tegnell.
Los hechos le dieron la razón un tiempo, pero la segunda ola, a la cual Suecia creía poder escapar, se extendió finalmente por el país, aunque un poco más tarde que en otras partes de Europa.
Ante la fuerte subida de los casos, se hicieron recomendaciones muy estrictas, como que sólo se frecuente a las personas de su hogar, pero su incumplimiento no se sanciona. La tasa de sobremortalidad superó el 10% en noviembre, según la Oficina de Estadística, y probablemente empeore
Un rey crítico
"Creo que hemos fracasado", afirmó el rey de Suecia, Carlos Gustavo, que raramente interviene en asuntos de actualidad. "Mucha gente muere, es terrible. Esto es algo que nos hace sufrir a todos", dijo, en la televisión pública SVT, durante una entrevista con motivo de fin de año.
La familia real se aisló en la primera ola de la pandemia en uno de sus palacios, aunque uno de sus hijos, el príncipe Carlos Felipe, y su esposa Sofía, dieron positivo de Covid. Sobre la posibilidad de contagiarse, Carlos Gustavo, de 74 años, dijo: "Parece algo posible, cada vez se acerca más. No es algo que quieras".
Contundente, el rey aseveró “Los suecos han sufrido muchísimo en circunstancias difíciles. Uno piensa en los familiares que no pudieron despedirse de sus muertos. Creo que es una experiencia dura y traumática no poder dar una despedida cálida”.
A pesar de las críticas de una comisión independiente el martes, el primer ministro Stefan Löfven se negó hasta ahora a calificar la estrategia de fracaso.
Como el resto de la Unión Europea, Suecia también tiene muchas esperanzas en la vacunación, que espera lanzar a finales de diciembre y proponerla a toda la población hacia mediados de 2021
"La mayoría de los expertos sanitarios no han visto la ola frente a ellos, hablaban de focos localizados", reconoció, sin embargo, en una entrevista en el diario Aftonbladet.
En estas semanas, se tomaron algunas medidas, como el cierre algunos centros educativos o la prohibición de las reuniones de más de ocho personas o la venta de alcohol a partir de las 10 de la noche.
El gobierno recuperó un proyecto de ley de emergencia que permitirá cerrar las tiendas y los restaurantes. Sin embargo, la entrada en vigor está prevista para mediados de marzo.
HV / DS