INTERNACIONAL
Medio Oriente

Tensión en la frontera de Líbano e Israel

El gobierno libanés reforzó la presencia militar en la frontera, una decisión que tiene más relación con la guerra en Siria que con su vecino.

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Un soldado israelí sobre su tanque, cerca de la frontera con Líbano. | Cedoc Perfil

La decisión del primer ministro libanés Saad al-Hariri de reforzar la presencia militar en su frontera sur con Israel suma otro capítulo a ese complejo escenario de conflicto en Medio Oriente. Por un lado, y como lo explicitó el mandatario, “Israel sigue siendo la principal amenaza contra Líbano”; por el otro, y según los expertos, la movida es también una forma de “marcarle la cancha” a Hezbollah, la milicia chiíta aliada de Irán,  y demostrar ante la comunidad internacional quién toma las decisiones. 

Para el analista libanés Ohannes Geukjian, el refuerzo militar de la frontera sur se debe principalmente a dos razones: “En primer lugar, es para asegurarle a la comunidad internacional que las Fuerzas Armadas Libanesas (FAL) están en control de la zona, no Hezbollah, y que cualquier ataque israelí es un ataque a las FAL; y en segundo lugar, para mandarle una señal a Hezbollah diciéndoles que ellos no pueden tomar una decisión unilateral en cuanto a la guerra”.

La tensión en la región se remonta al 2006, luego de la intervención de la ONU, que ordenó el alto al fuego en el conflicto e instó nuevamente a ambos países a respetar la polémica Línea Azul trazada años antes en los terrenos fronterizos. Desde ese entonces no se han repetido enfrentamientos armados. No obstante, el clima pacífico que reina en la región desde hace 12 años es frágil y lo es cada vez más teniendo en cuenta esta última movida de Líbano y la incesante construcción de muros por parte de Israel.

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Sin embargo, la atención primaria de ambos países no está en sus propias fronteras. Los intereses, en cambio, se centran en la guerra civil de Siria. Un conflicto que comenzó en el 2011 y que sigue siendo un potencial punto de inflexión en el destino de la región. En ese sentido se expresó también Geukjian al afirmar que “el conflicto entre Israel y Líbano no va a llegar a un nivel peligroso porque ninguno quiere una guerra, ambos están más preocupados por lo que sucede en Siria”. 

Según el analista internacional Natalio Steiner, el panorama se asimila al de “un juego de ajedrez muy sutil” en el que están en juego los intereses de Irán, Siria, Líbano (y Hezbollah), Israel, Turquía, Rusia, entre otros países. Para él, Líbano es un estado “bastante segmentado”, con escaso poder militar en comparación con Hezbollah e Israel. Y, en consecuencia, a Israel le preocupa más lo que pueda hacer Irán para fortalecer a Hezbollah y así “proseguir con su interés estratégico de expansión ahora que Estados Unidos ha retrocedido en el área debido a la caída de Estado Islámico”.

“Irán intentará emplazar fábricas secretas de armas en Líbano y reforzar a Hezbollah, en vez de arriesgarse a seguir transportando y fabricando armamento en Siria”, explicó Steiner. Y esto porque para Israel era más fácil bombardear esos puntos en una zona de guerra, pero no se arriesgaría a hacerlo en terreno libanés. 

De acuerdo a las estimaciones israelíes, Hezbollah dispone de más de 150.000 misiles y el hecho de que Irán colabore con ellos es “inaceptable”.