La crisis política en Perú se profundizó con la organización de la "toma de Lima", tal como se conoce a la protesta organizada en la capital que obligó a las autoridades a desplegar más de once mil efectivos policiales. Hasta el momento, la zona había quedado exenta del caos que rigió en el sur del país, siendo éste el epicentro de las violentas protestas en contra del gobierno de Dina Boluarte.
Este jueves 19, la capital de Perú, habitada por diez millones de personas, amaneció blindada. Las autoridades desplegaron un fuerte operativo de seguridad tanto en Lima como en Callao, las ciudades donde estaba previsto que los manifestantes avanzaran. En la víspera de la nueva jornada de protesta se registró la muerte de otras dos personas durante la represión policial, cortes de las principales arterias del país, la suspensión de trenes y cierre de aeropuertos.
La crisis política en Perú se desató tras la destitución y detención de Pedro Castillo tras su fallido autogolpe el pasado 7 de diciembre. Desde entonces, miles de personas se volcaron a las calles para exigir la renuncia de Boluarte, la convocatoria a elecciones anticipadas y la puesta en libertad del expresidente.
Cómo es el operativo de seguridad en Lima
Unos 11.800 policías fueron desplegados en las calles limeñas para "el control de disturbios", según detalló el jefe de la región Policial de Lima, Víctor Zanabria."Tenemos más de 120 camionetas y 49 vehículos militares, y también la participación de las fuerzas armadas. La policía estará en alerta máxima", aseguró.
Por su parte, el coordinador nacional de las Fiscalías de Prevención del Delito, Alfonso Barrenechea, estimó en cincuenta los fiscales provinciales que serán movilizados, mientras que 196 cámaras se activarán en distintos puntos de la capital, como en la Plaza 2 de Mayo o en la Plaza San Martín, entre otros.
Con respecto a las sedes del poder, tanto el Congreso, el Palacio de Justicia y el Ministerio Público están vallados, mientras que el Ministerio de Salud peruano emitió un alerta roja a hospitales y clínicas ante posibles heridos.
Siguiendo el ejemplo del resto del país, Lima se preparó de esta manera para una nueva jornada de protestas que inició con la muerte de otros dos manifestantes en la ciudad de Macusani, donde quemaron una comisaría y un juzgado. En tanto, ya son 44 las muertes desde que comenzaron las protestas y mas de mil los heridos.
El aeropuerto de Arequipa, segunda ciudad más grande de Perú, suspendió sus operaciones por seguridad. El servicio de ferrocarriles entre Cuzco y la ciudad inca Machu Picchu, una joya del turismo de Perú, también se suspendió, informó la compañía operadora.
La "toma de Lima" en medio del estado de emergencia
La presidenta Boluarte decretó el estado de emergencia por treinta días también en Lima, Cuzco, Callao y Puno, una medida que suspende las libertades de reunión y de circulación, como la intervención de las fuerzas armadas para "restablecer el orden". Sin embargo, esto no desmotivó a los manifestantes que se trasladan de todo el país a la capital.
Perú y los muertos que no cuenta su ‘exitosa’ economía
"Las marchas continuarán. Todas las regiones del país han dicho que no regresarán a su lugar de origen mientras no renuncie Dina Boluarte" dijo a AFP Gerónimo López, secretario general de la Confederación General de Trabajadores del Perú que convocó a la huelga. "No habrá paz social. Hay un desborde social en el pueblo como nunca se ha visto, es el clamor del pueblo peruano", manifestó.
La palabra de Dina Boluarte
En medio del caos social, en la previa a la movilización a la capital la presidenta Dina Boluarte se anticipó: "Sabemos que quieren tomar Lima por todo lo que está saliendo en las redes el 18 y 19, yo los llamo a tomar Lima, sí, pero en paz, en calma", dijo el lunes.
Boluarte era la número dos de Pedro Castillo, el primer presidente de origen rural que fue destituido por el Congreso en el marco de la crisis política e institucional que atraviesa Perú desde hace años. La exvicepresidenta, en tanto, lo reemplazó según establece la carta magna, y, si bien pertenece al mismo partido, es considerada una "traidora" por los manifestantes.
La detención de Castillo, dispuesta el pasado 7 de diciembre tras su fallido autogolpe, encendió la mecha popular: desde entonces millones se volcaron a las calles para pedir la renuncia de Boluarte, una convocatoria a elecciones anticipadas, a una Asamblea Constituyente y la puesta en libertad del expresidente. Castillo, por su parte, es apoyado por el interior peruano, mayoritariamente originario, que se distingue de las élites de la capital.
CD'I CP