Taiwán acusó ayer a Beijing de acentuar la presión y querer menoscabar la paz en la región, tras la incursión récord de 38 aviones militares chinos en la zona de defensa de la isla.
La demostración de fuerza de Beijing comenzó el viernes, aniversario del Día Nacional de China, con la incursión de un número récord de aviones militares chinos, 38 en total, entre ellos un bombardero H-6 con capacidad nuclear. Unos veinte aviones volvieron a incursionar en la zona de Taiwán ayer.
Los 23 millones de habitantes de esta isla, gobernada hoy por un régimen democrático, viven bajo la amenaza constante de una invasión de China, que considera que la isla, que tiene un gobierno independiente desde 1949, pertenece a su territorio y amenaza con conquistarla, por la fuerza si fuera necesario.
Desde que en 2012 Xi Jinping se puso al frente del Partido Comunista de China y, por ende, del país, los aviones militares chinos han penetrado muy a menudo en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ, por sus siglas en inglés) de Taiwán. ADIZ no es lo mismo que el espacio aéreo de Taiwán, sino que incluye un área más extensa, que se superpone con parte de la zona de identificación de defensa aérea de China continental e incluso con parte de su territorio.
Pero la incursión del viernes suscitó una respuesta especialmente virulenta por parte de Taipei. “China fue beligerante y atacó la paz regional al llevar a cabo numerosos actos de intimidación”, declaró el primer ministro Su Tseng-chang, ayer. “Es evidente que el mundo, la comunidad internacional, rechaza cada vez más estos comportamientos de China”, agregó.
El recuento del Ministerio de Defensa taiwanés detalló que participaron de la incursión inicial 18 aviones de combate J-16, cuatro Su-30, dos bombarderos H-6, que tiene capacidad nucear, y un avión de transporte Shaanxi Y-8, todos ellos objeto de un aviso por radio procedente de los sistemas de seguimiento de la Fuerza Aérea de Taiwán. Posteriormente, se avistaron otros 13 aviones durante la noche del viernes, diez cazas J-16, dos bombarderos H-6 y un avión KJ-500.
Mensaje. Estas maniobras ocurrieron después de que el lunes el Reino Unido enviara, por primera desde 2008, un buque de guerra al Estrecho de Taiwán, que separa esta isla de China continental y que Beijing considera como un paso marítimo muy sensible. El ejército chino acusó al Reino Unido de actuar con “mala intención para sabotear la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán”.
Estados Unidos y otros países consideran que esa zona pertenece a aguas internacionales y que, por lo tanto, está abierta a todo el mundo. El año pasado, 380 militares chinos fueron detectados en la ADIZ y, en lo que va de 2021, ya se han identificado más de 500.
El último récord diario se remontaba al 15 de junio, cuando 28 aeronaves penetraron en la zona de defensa aérea de Taiwán. Además, la última irrupción sigue a otra en la que participaron 24 aviones de combate chinos el 23 de septiembre, poco después de que Taiwán presentara una solicitud para unirse al Tratado Integral y Progresivo de Asociación Transpacífico (Cptpp), un grupo comercial de 11 países.
Analistas y dirigentes taiwaneses consideran que la incursión es un claro mensaje para la isla. “Por supuesto que es una amenaza. Lo que me extraña es que la República Popular de China ya no necesita fingir una excusa”, lamentó el canciller taiwanés, Joseph Wu.
La incursión es el último episodio de una semana de tensiones, con Wu precisamente como uno de los principales protagonistas. El gobierno chino lanzó el jueves un durísimo comunicado en el que denunciaba los esfuerzos internacionales de Wu para refrendar la independencia de la isla como “actos de un llorón” y, evocando un poema de Mao Zedong, “como una mosca chillona”, recordó el Taipei Times.
Algunos expertos advierten que las relaciones entre China continental y Taiwán no se habían tensado tanto desde mediados de los años 90. Responsables militares estadounidenses afirmaron temer que China pueda estar contemplando invadir la isla. Alexander Huang, profesor asociado de la Universidad Tamkang de Taipei, consideró que la última incursión aérea no busca únicamente enviar un mensaje a Taiwán.
“China envía un mensaje político a Estados Unidos y al Reino Unido el día de su fiesta nacional: ‘No hagan tonterías en mi región’”, explicó Huang, teniendo en cuenta que Washington tiene desplegados dos portaaviones en esa zona y el Reino Unido, uno.
En los últimos años, buques de guerra canadienses, franceses y australianos han cruzado también el Estrecho de Taiwán, y esto también suscitó enardecidas protestas por parte del gobierno chino.
Las autoridades taiwanesas tienen previsto invertir 9 mil millones de dólares en la compra de armas, incluidos nuevos misiles, ante lo que consideran una “gran amenaza” por parte de China.
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing Wen, está tratando de modernizar las Fuerzas Armadas de la isla y ha incluido esos fondos en los presupuestos destinados al sector militar para 2022, que tendrán que ser aprobados por el Parlamento, donde el partido gubernamental tiene la mayoría de los escaños.