Tras la polémica desatada en Suecia por las escandalosas revelaciones sobre la vida privada del rey de ese país, Carlos XVI Gustavo, surgen ahora debates políticos y periodísticos que ponen en serio peligro la estabilidad monárquica.
Luego de una entrevista publicada el martes, en la que rey no negó ni admitió las versiones sobre sus infidelidades, sus desenfrenadas fiestas y sus amistades peligrosas, el diario Folkbladet invita a mostrar las supuestas fotos comprometedoras y considera que “ya es hora de que el rey sea ex rey”, en clara petición a una abdicación.
“Los últimos avatares en torno al Rey, su enfermizo grupo de amigos y su miserable actitud hacia las mujeres muestran nuestra forma de gobierno en toda su patética fragilidad”, escribe una especialista en política del tabloide Aftonbladet. “El rey debería admitir que ya no puede funcionar como rey. No, si tiene ambiciones de unir y representar”, señaló en un editorial.
Para el liberal Göteborgs-Posten, el segundo periódico de mayor difusión, el rey, siendo un hombre adulto y además jefe de Estado debería “saber más para no frecuentar ambientes en los que pueda haber delincuentes”. Según este diario, la posición del rey “no es concedida por Dios ni es eterna”, sugiriendo que sea debatida la continuidad de Carlos Gustavo en la jefatura de Estado.
Las severas críticas tomaron tinte político, y el debate popular llegó al Gobierno y al Parlamento, pero la clase política ya rechazó las peticiones de una comisión investigadora por parte del Partido de la Izquierda Socialista.
La ministra de Justicia, Beatrice Ask, señaló en un comunicado que no desea especular sobre los relatos de los medios acerca de “los supuestos contactos entre, por una parte, los amigos del jefe de Estado, y por otro, personas con vinculaciones criminales”.
El primer ministro, el conservador Fredrik Reinfeldt, justificó la negativa tras participar en un consejo informativo con el rey: “Me cuesta ver qué se puede conseguir con algo así”, dijo en referencia a la creación de una comisión.
La actuación del rey en los seis meses que han pasado desde que estalló el escándalo, debilitó de forma considerable su posición en Suecia, aunque la gran mayoría de la población sueca sigue apoyando la permanencia de la Monarquía.
Según una encuesta difundida recientemente, sólo el 44 % de los suecos quiere que Carlos XVI Gustavo siga en el trono, mientras que un 41 % prefiere que abdique en favor de su hija, la princesa Victoria.
(*) Especial para Perfil.com.
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