El expresidente de Estados Unidos Donald Trump –que prometió seguir su candidatura para volver a la Casa Blanca si fuera declarado culpable y sentenciado en alguno de los casos en su contra– compartió escenario ayer con sus rivales republicanos por primera vez en Iowa.
La presencia de Trump en la Cena Lincoln del Partido Republicano para recaudar fondos llega mientras enfrenta nuevos cargos por el manejo de documentos clasificados del gobierno y ante una posible nueva acusación sobre sus presuntos intentos de anular los resultados de las elecciones de 2020.
El formato de la Cena Lincoln –de 10 minutos por candidato– mantiene al mínimo las tensiones, pero el favorito no se contuvo de decir a los asistentes lo que pensaba de su principal contendiente, el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
“Yo no me la jugaría por ese”, dijo Trump tras dar datos de encuestas que sugieren que derrotaría fácilmente al actual presidente Joe Biden, mientras que DeSantis perdería contra el veterano demócrata.
Trump también aprovechó para dar una ráfaga de sus logros mientras estuvo en el cargo, desde el nombramiento de tres jueces conservadores en la Suprema Corte, hasta el retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán.
Frente a sus problemas legales, solo hizo una breve alusión. “Si no fuera candidato, nadie me estaría persiguiendo”, dijo el expresidente de 77 años.
Por su parte, DeSantis se ciñó a su discurso habitual y no aprovechó la oportunidad para atacar a Trump.
“El tiempo de las excusas se acabó. Debemos hacer el trabajo. Yo haré el trabajo”, dijo a los asistentes.
“No me detendría”. Más temprano, Trump (2017-2021) dijo en una entrevista radial que sus líos legales no van a cambiar sus planes de volver a la Casa Blanca.
Cuando el locutor de radio conservador John Fredericks le preguntó si una sentencia desfavorable detendría su campaña, Trump respondió rápidamente: “No, en absoluto. No hay nada en la Constitución que diga que debería hacerlo”.
Según Trump, “incluso los locos de la izquierda radical dicen que no, que eso no me detendría, y tampoco me detendría. Esta gente está enferma”.
El magnate republicano, quien superó dos juicios políticos en el Congreso, fue inculpado por primera vez en el caso de los documentos clasificados el mes pasado.
Según la Justicia, es responsable de poner en peligro la seguridad nacional al mantener en su poder información nuclear y de defensa de alto secreto tras dejar la Casa Blanca.
El jueves, en la investigación sobre los documentos clasificados, el fiscal especial Jack Smith alegó que Trump pidió a un trabajador de su finca frente a la playa en Florida que borrara imágenes de vigilancia para obstruir a los investigadores.
El magnate, que está citado para ir a juicio en el punto álgido de la campaña en marzo y mayo del próximo año, niega cualquier irregularidad.
Acumulación de procesos. Trump también enfrenta cargos por delitos graves en un caso que involucra pagos secretos a una actriz porno en Nueva York y se prepara para una acusación en investigaciones estatales y federales separadas sobre sus esfuerzos por anular las elecciones de 2020.
También fue acusado de retener ilegalmente información de defensa nacional y es acusado de mostrar un documento clasificado a periodistas en su club de golf de Nueva Jersey.
El expresidente desató una cascada de improperios cargados de falsas acusaciones contra el gobierno, el presidente Biden y otros demócratas importantes en su plataforma social.
También pidió que Smith y sus “fiscales matones” fueran encarcelados junto al fiscal general, Merrick Garland.
La campaña de DeSantis está adormecida. El republicano de 44 años ha visto a Trump ampliar su ventaja de 13 puntos en febrero a 34 ahora, mientras él ha fallado en conectar con los votantes y ha estado en una serie de polémicas.
Su equipo se vio forzado esta semana a despedir a un miembro del personal que promocionó un video que presentaba imágenes nazis.
Además, el candidato desató indignación al sugerir que elegiría al teórico de la conspiración antivacunas Robert F. Kennedy Jr. para liderar su política de salud pública.
Sus colaboradores anunciaron el despido de un tercio del personal de campaña al tiempo que admitieron gastos excesivos. Al mismo tiempo fue criticado al defender el nuevo plan de estudios en su estado, que es señalado de enseñar los beneficios de la esclavitud.
Otros oradores en la Cena Lincoln fueron el exvicepresidente Mike Pence, el empresario Vivek Ramaswamy, la exembajadora ante la ONU Nikki Haley y el senador de Carolina del Sur Tim Scott.