El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, descartó este viernes cualquier conversación inmediata sobre aranceles con su homólogo brasileño, aunque no cerró del todo la puerta a una posible charla en el futuro. Lula da Silva, por su parte, mantuvo su postura respecto a la decisión unilateral de su homólogo norteamericano, y se negó a acercarse. "No tengo nada que conversar con Trump", sostuvo.
El altercado, que elevó la tensión bilateral de manera inédita, ocurrió luego de que anunciara un aumento del 50% a las importaciones de Brasil a modo de "castigo" por el juicio contra Jair Bolsonaro, a quien también describió como "un buen hombre".
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, el líder del movimiento conservador conocido como MAGA ("Hacer a Estados Unidos Grande de Nuevo"), no entabló contacto directo con Lula, un referente del progresismo en la región. En cambio, durante su primer mandato entre 2017 y 2021, mantuvo una relación cercana con Bolsonaro, entonces presidente de Brasil, con quien compartía afinidad ideológica.
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Los lazos entre ambos países se han mantenido tensos durante el año, pero la situación se agravó esta semana tras la decisión de Trump de imponer aranceles del 50% a las importaciones brasileñas. Según dijo, se trata en parte de una represalia por el juicio que enfrenta Bolsonaro en su país.
Antes de partir hacia Texas para visitar áreas afectadas por graves inundaciones, Trump fue consultado por periodistas sobre si tenía planes de conversar con Lula respecto a las tarifas, que entrarán en vigencia el 1 de agosto. Su respuesta fue clara: "Quizás en algún momento hable con él, pero ahora mismo no".
Lula, por su parte, tampoco parece interesado en un diálogo. En declaraciones al canal brasileño Globonews, afirmó: “No tengo nada que conversar con Trump”. Cabe destacar que su administración ha estado en negociaciones con Washington desde hace meses, buscando acuerdos comerciales.
Durante la misma rueda de prensa, Trump volvió a referirse al proceso judicial contra Bolsonaro, que enfrenta acusaciones por supuestamente liderar una “organización criminal” con fines golpistas tras perder las elecciones de 2022. Trump fue enfático: “Están tratando al presidente Bolsonaro de forma muy injusta. Es un buen hombre. Lo conozco bien. Negocié con él".
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Agregó que Bolsonaro era un negociador exigente, pero "muy honesto" y "alguien que amaba al pueblo brasileño". Incluso comentó con ironía: "No debería caerme bien, porque era muy duro negociando, pero también era muy honesto, y yo sé reconocer a los honestos y a los corruptos".
El pasado miércoles, Trump envió una carta a Lula justificando la imposición de los aranceles. En ella alegó tanto el juicio contra Bolsonaro como una "relación comercial muy injusta" entre ambos países.
Sin embargo, los datos oficiales de Brasil no respaldan esa afirmación. Las estadísticas muestran que Estados Unidos ha mantenido un superávit comercial sostenido con Brasil durante casi veinte años. Solo en el primer semestre del año, el comercio bilateral alcanzó los 41.700 millones de dólares: 20.021 millones fueron exportaciones brasileñas, mientras que las ventas estadounidenses totalizaron 21.695 millones.
Lula, quien venció a Bolsonaro por un estrecho margen en 2022, ha calificado la postura de Trump como una "injerencia" y reiteró que "nadie está por encima de la ley".
CD / Gi
