INTERNACIONAL
Estados Unidos

Del "favor" a Bolsonaro al guiño a Netanyahu: qué hay detrás de las nuevas sanciones ordenadas por Donald Trump

En una maniobra sin precedentes, el presidente estadounidense elevó los aranceles a Brasil al 50% como "castigo" por el juicio contra el rival de Lula. También sancionó a la enviada de la ONU a Palestina, Patricia Albanese, tras su postura crítica contra el accionar militar en Gaza.

Trump
Germán Iturriza: “Trump está intentando borrar o modificar un camino en el cual está metida la economía norteamericana” | Cedoc Perfil

"El mundo cambió. No queremos un emperador. Somos países soberanos". La última intervención del presidente de Brasil, Lula da Silva, el pasado martes en la cumbre de BRICS tomó otro color un día después, cuando su par estadounidense, Donald Trump, sorprendió con un anuncio comercial que escondía un motivo político: un arancel del 50% a las exportaciones brasileñas.

La razón formal: el trato que la justicia brasileña le da a Jair Bolsonaro, el expresidente investigado en múltiples causas y actualmente enjuiciado por el intento de golpe de estado. A pesar de estar inhabilitado, Bolsonaro sigue siendo una figura clave del liderazgo populista conservador en la región. Según Trump, Bolsonaro es víctima de una "caza de brujas", por lo que, contra toda regla, decidió utilizar el poder ejecutivo para imponer sanciones económicas a la primera economía de Iberoamérica.

La maniobra se enmarca en una batería de sanciones de tinte ideológico ordenadas esta semana, incluida contra la enviada de la ONU a los territorios palestinos, Francesca Albanese, en un gesto interpretado en favor de su "socio", el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, cuyo accionar militar en Gaza está bajo un intenso escrutinio en línea con las denuncias de crímenes de guerra.

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Trump con Jair Bolsonaro 20250710
Donald Trump y Jair Bolsonaro

La cruzada de Trump contra Brasil por el juicio a Bolsonaro

A través de su red social Truth Social, Trump descalificó el juicio contra Bolsonaro, argumentando que Brasil no respetaba las libertades de expresión y que, en su opinión, el juicio era parte de un plan para socavar a su aliado político. "La forma en que Brasil ha tratado al expresidente Bolsonaro, un líder muy respetado durante su mandato, incluso por parte de Estados Unidos, es una vergüenza internacional", opinó el presidente estadounidense, en un intento de justificar la "represalia" del aumento arancelario dispuesto para el 1 de agosto que esconde una intervención directa en los asuntos internos de otro país.

Al frente de Brasil, Lula da Silva, que ya había criticado la política comercial Trump en la cumbre de la Celac de abril, no tardó en responder. "Brasil es un país soberano con instituciones independientes que no aceptarán ser tuteladas por nadie", sostuvo el mandatario brasileño, dejando en claro que no cederían ante la presión de Washington. Pero el problema va más allá de los aranceles: el analista internacional Ian Bremmer, en su análisis en el medio estadounidense GZERO, sostuvo que la medida de Trump no tiene una justificación económica o comercial, sino que responde a un problema político interno.

Donald J. Trump X 20250710
La carta que Donald Trump envió y Lula da Silva rechazó por considerarla "ofensiva".

Según Bremmer, la decisión de Trump es más un castigo por las acciones judiciales contra Bolsonaro y una respuesta directa a una iniciativa parlamentaria sobre redes sociales que busca regular las grandes plataformas tecnológicas, muchas de ellas estadounidenses. "Es un abuso de autoridad ejecutiva, ya que la capacidad de la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEPA) no está pensada para una política económica arbitraria, sino para emergencias de seguridad nacional", indicó.

Además, fue categórico: se trata de una intervención directa del presidente estadounidense en los asuntos internos de otro país, algo que contradice los principios fundamentales del derecho internacional. Además, recordó que Brasil atraviesa un alto grado de polarización política, lo que obliga a que decisiones clave —como la regulación de redes sociales— deban ser negociadas y acordadas. En tanto, son políticas que no dependen únicamente del presidente, sino que involucran a múltiples actores, como el fragmentado Congreso y el Tribunal Federal Supremo.

Lula da Silva enfrenta su peor crisis de imagen desde que inició su tercer mandato

Frente a esta ofensiva, el gobierno de Lula optó por una respuesta que no solo defendía la soberanía brasileña, sino que también planteaba una respuesta institucional estructurada: la Ley de Reciprocidad Económica, aprobada en abril de 2025 por el Congreso. Esta ley permite al gobierno brasileño tomar medidas comerciales proporcionales ante políticas de otros países que afecten negativamente la competitividad de Brasil. Lula no solo refutó la acusación de Trump sobre el déficit comercial, sino que también desmintió la justificación de los aranceles, recalificando el discurso de Trump como una mentira económica: "La información de que Estados Unidos tiene déficit comercial con Brasil es falsa".

La reacción del gobierno brasileño, en tanto, resalta un hecho clave: Brasil no se limita a una defensa retórica de su soberanía, sino que también adopta un marco legal que permite una respuesta estructurada. Esto implica que, de aplicarse el arancel de Trump, Brasil podría tomar medidas comerciales específicas contra productos estadounidenses que afecten las exportaciones del país, como el café o el jugo de naranja, que representan una parte significativa del comercio con EEUU.

Lula Da Silva Brics
Lula da Silva, el anfitrión de la cumbre de los BRICS, un día antes del anuncio de Trump.

El "favor" de Trump que podría costarle caro a Jair Bolsonaro

Desde sus redes sociales, Bolsonaro respondió al aumento de aranceles con una cita bíblica sobre gobiernos justos y perversos. También aprovechó para destacar el "ejemplo" del presidente argentino, Javier Milei, respecto al alineamiento con Washington. El exmilitar enfrenta cinco acusaciones penales que podrían implicar hasta 43 años de prisión. Entre los cargos se incluye su presunta participación en un complot que habría contemplado el asesinato del presidente Lula, del vicepresidente Geraldo Alckmin y del juez Alexandre de Moraes, una de las figuras más rechazadas por el bolsonarismo. La sentencia, en tanto, se conocerá en septiembre.

Este complejo escenario generó tensiones internas dentro de Brasil, particularmente en el ámbito político. Uno de los afectados es Tarcísio de Freitas, un figura clave del bolsonarismo y uno de los ganadores de la elección que a nivel federal permitió el regreso de Lula al Planalto. El gobernador de San Pablo se enfrenta a una difícil disyuntiva: apoyar a Trump y Bolsonaro, en un intento por erosionar el poder de Lula, o alinear su postura con el gobierno federal brasileño para defender la industria paulista, la principal afectada por la "guerra comercial" impulsada por el líder de MAGA y del America First.

Javier Milei y Eduardo Bolsonaro 20250218
Eduardo, el hijo de Jair Bolsonaro cercano a Milei que es apuntado para suceder a Lula en las elecciones de 2026.

Mientras tanto, la maniobra arancelaria de Trump podría terminar perjudicando a los propios Bolsonaro, en especial a Eduardo, el apuntado por su padre para suceder a Lula en 2026. Aunque la familia había buscado a Trump para conseguir sanciones a individuos específicos, como el juez de Moraes, podrían sufrir el coletazo por el impacto económico y social de un arancel del 50%. En tanto el costo económico de este arancel podría, en última instancia, ser una carga que los Bolsonaro no previeron, en un momento crítico para limpiar su imagen de cara a la campaña electoral y aprovechando la dificultad del líder del Partido de los Trabajadores para mantener su imagen a flote en medio de la crisis económica.

La política exterior de Trump: ¿una jugada electoral?

Este enfrentamiento con Brasil se produce en un momento delicado para Trump en el ámbito político interno, donde tiene el desafío de sostener su legitimidad. Si bien su apoyo a Bolsonaro sigue siendo una constante dentro de su política exterior, la consolidación de una base electoral interna parece ser un factor crucial en sus decisiones, marcadas por las divisiones dentro del partido Republicano y su propia base, marcada por la división de criterio dentro del movimiento MAGA.

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En diálogo con PERFIL, Luis Rosales, consultor político que trabajó junto a Dick Morris en el armado electoral trumpista, explicó que Trump no forma parte de la derecha tradicional, sino de una nueva derecha ideológica y aislacionista, diferente de la conservadora tradicional vinculada al complejo militar-industrial, como la que apoyaba George H. W. Bush. Esta corriente, apoyada por figuras como Steve Bannon y J.D. Vance, se basa en el principio de "America First", un enfoque que prioriza los intereses internos y reduce el compromiso con intervenciones militares extranjeras. En lugar de expandir el poder militar, se busca fortalecer las fronteras y cuidar los intereses comerciales de EE. UU.

Bajo este prisma, las decisiones de Trump parecen más un movimiento táctico e ideológico dentro de la política interna que una política exterior tradicional. Su apoyo explícito a Bolsonaro y su confrontación con Lula están dirigidos a solidificar el voto de los sectores más conservadores y populistas dentro de su base electoral.

"Esto es una vendetta contra Lula y contra la Corte Suprema en favor de alguien que le cae bien a Trump. No promueve el interés nacional estadounidense EEUU, que tiene superávit comercial con Brasil. Esto acabará estallando en la cara de Trump", opinó Bremmer.

La sanción a Patricia Albanese: un guiño a favor de Netanyahu

Francesca Albanese, relatora especial de la ONU 20250710
Francesca Albanese, relatora especial de la ONU de derechos humanos en los territorios palestinos ocupados.

En paralelo a las sanciones contra Brasil, Trump ordenó sanciones directamente contra Patricia Albanese, relatora de la ONU sobre los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, a quien se le impuso un bloqueo de activos y se le retiró su visado para ingresar a EEUU. La semana pasada, Albanese había presentado un informe ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU donde detallaba cinco empresas que "lucran con el genocidio" en la Franja de Gaza.

Trump justificó esta acción alegando que Albanese apoyó a la Corte Penal Internacional (CPI) en sus investigaciones contra el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y su exministro de Defensa, Yoav Gallant, por presuntos crímenes de guerra en Gaza. El secretario de Estado Marco Rubio argumentó que se trataba de una "campaña de guerra política y económica contra Estados Unidos e Israel" que "ya no será tolerada".

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Esta decisión, como otras tomadas por Trump, responde a una estrategia más amplia en su política internacional de alinearse con Israel y sus aliados, mientras se enfrenta a las críticas internacionales sobre su posición respecto al conflicto en Medio Oriente, particularmente después del ataque a Irán. El secretario General de la ONU, Antonio Guterres, por su parte, este jueves calificó la medida de "inaceptable" y "unilateral".

Además, el ataque a Brasil y la escalada con la ONU, también reflejan un discurso populista que apela a los intereses de los votantes estadounidenses, especialmente los más nacionalistas y preocupados por lo que perciben como una creciente "interferencia global" en los asuntos internos de su país.

CDI/EM