La ofensiva de Rusia en Ucrania está a punto de cumplir un año y no parece haber indicadores de que esté cerca de concluir. Desde que Vladimir Putin ordenó la "operación militar" el 24 de febrero de 2022, el mundo presenció la escalada bélica entre ambos países y sus respectivos aliados.
Uno de los temas que más resonaron fue el uso de bombas termobáricas. Más conocidas como armas de vacío, este tipo de armamento tiene la característica de ser altamente destructivo, ya que tienen la capacidad de "absorber todo el oxígeno" del lugar donde son detonadas y logran infligir bajas masivas en el frente de guerra.
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Su utilización, según el caso, podría ser considerada un crimen de guerra. A esto se suman las acusaciones de organizaciones de derechos humanos respecto al uso de bombas de racimo contra la población civil.
Si bien no hay información que confirme su uso, Rusia movilizó los vehículos TOS-1, que poseen lanzadores de cohetes termobáricos, según imágenes difundidas por el gobierno de Ucrania. Esto elevó la tensión considerando que no se trataría de la primera vez que el país heredero de la Unión Soviética haya usado ese tipo de armamento, tal como evidenció en Afganistán en los años ochenta o en la guerra de Chechenia (1999-2004).
¿Cómo funciona una bomba termobárica?
Las armas termobáricas o "de vacío" funcionan en dos etapas. La primera consiste en una ojiva compuesta por gas, líquido o explosivos finamente pulverizados que, al explotar, genera una nube de aerosol.
La segunda carga explosiva enciende esa nube, lo que crea una bola de fuego que alcanza una temperatura de tres mil grados. Luego el oxígeno del aire circundante a la detonación se consume, lo que genera un vacío y una enorme presión de 1,5 a dos veces superior a la causada por los explosivos convencionales.
Lo que las hace más dañinas es que genera una enorme onda de choque que puede provocar lesiones mortales a todos los seres vivos alrededor. En el primer círculo, la explosión pulveriza los cuerpos. En el segundo, puede provocar conmoción cerebral, rotura de órganos internos, de tímpanos y ceguera.
Si bien no hubo confirmación oficial de que se haya utilizado este armamento en el conflicto de Ucrania, CNN informó que Ucrania "habría destruido" armas termobáricas de las tropas rusas.
Crimen de guerra
La bomba termobárica es considerada como "la mayor bomba no nuclear" que existe por su capacidad de destrucción y tienen un uso extremadamente limitado contra objetivos militares. Sin embargo, hubo denuncias contra Rusia por usarlas contra zonas civiles. En este último caso significaría una violación a las Convenciones de Ginebra sobre la guerra.
Organizaciones de derechos como Amnistía Internacional afirman que el derecho internacional humanitario prohíbe el uso de armas intrínsecamente indiscriminadas, como las municiones de racimo, otras de gran destrucción utilizadas por Rusia en Ucrania. Lanzar ataques indiscriminados que matan o hieren a civiles constituye un crimen de guerra.
Por su lado, la Corte Penal Internacional abrió una investigación contra Rusia sobre posibles crímenes de guerra en Ucrania, lo cual podría incluir el uso de armas termobáricas.
CDI CP
