INTERNACIONAL
vuelven las “chuzadas”

Un escándalo de escuchas ilegales obligó a Petro a suspender a su principal asesora de gobierno

Después de haber sido víctima él mismo de escuchas ilegales durante el gobierno del expresidente Álvaro Uribe, el mandatario es acusado hoy por la oposición de que importantes funcionarios de su gestión fraguaron expedientes policiales para escuchar las conversaciones de una niñera por la desaparición de una valija con dólares de la casa de la jefa de despacho de Petro, Laura Sarabia, a quien el presidente apartó, al igual que al embajador en Caracas, Armando Benedetti, quien fuera su jefe de campaña, que también está involucrado en el caso. A esto se suma su caída en las encuestas.

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Protagonista. Petro al anunciar la suspensión, y el tuit en el que rechazó las acusaciones. | AFP

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, atraviesa el momento más difícil de su gobierno, debilitado en el Congreso luego de romper su alianza con un sector de los partidos tradicionales, enfrentado al Consejo de Estado de Estado, la Procuraduría y parte de la Prensa, mientras intenta un giro a la izquierda y al contacto directo con el pueblo y ve caer el apoyo entre los más jóvenes, que fueron decisivos en que se convierta en el primer presidente no conservador en llegar a la Casa de Nariño, la presidencia colombiana. 

En este escenario complicado, Petro tuvo que desprenderse ayer de dos figuras clave para su llegada al poder: Laura Sarabia, su mano derecha en el gobierno, y el actual embajador en Venezuela, Armando Benedetti, quien cumplió esa tarea durante la campaña electoral, ambos muy cercanos al mandatario y salpicados por un escándalo de escuchas ilegales, conspiración y chantaje.

Sarabia es una joven abogada, que trabajó con Benedetti cuando era senador y llegó a Petro a través de él. El gobernante decidió ubicarla como prueba de su valía, en la posición más cercana que tenía: la de jefa de despacho.

Así se convirtió en una de las mujeres más poderosas del país, pero su meteórico ascenso se ha visto frenado por el escándalo de la niñera y las interceptaciones ilegales que se ordenaron en su contra, así como una prueba de polígrafo realizada en el mismo Palacio presidencial.

Tras el robo de un maletín con miles de dólares de la casa de Sarabia, su niñera terminó interrogada con polígrafo en la sede presidencial y luego interceptaron sus conversaciones telefónicas con un informe falso de la policía que la vinculaba con narcotraficantes del Clan del Golfo, de acuerdo a la Fiscalía.

Benedetti, un poderoso político que apoyó en campaña a Petro, le presentó a su antigua colaboradora, Sarabia, y quien hasta hoy era embajador en Venezuela se sumó a la intrincada historia en un giro insospechado que deja más preguntas que respuestas. Los exfuncionarios compartían la misma niñera y ahora se acusan el uno al otro de chantaje, trampas y conspiración.

“Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada y el embajador de Venezuela se retiran del gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener ni siquiera la desconfianza de que se van a alterar los procesos de investigación”, declaró Petro en una ceremonia de ascenso de oficiales del Ejército. 

“Este gobierno respeta los derechos humanos, no intercepta ilegalmente los teléfonos” de nadie, repitió con insistencia durante el discurso.

“Rechazo las interceptaciones ilegales, hemos luchado toda la vida por la garantía de los derechos humanos, esa lucha le costó la vida a muchos de los nuestros. Que se investiguen estos hechos y se esclarezca lo ocurrido”, tuiteó por su parte la vicepresidenta Francia Márquez, en un reconocimiento implícito de que algo ilegal hubo, aunque Petro dijo en la misma red que “ningún miembro del gobierno ha dado ninguna orden de interceptaciones telefónicas”.

Al autodenominado “gobierno del cambio” le llovieron críticas por acudir a las viejas prácticas políticas. Las escuchas ilegales han marcado la polarizada historia de Colombia en medio del prolongado conflicto armado y Petro, junto con algunos de sus ministros izquierdistas, fueron víctimas de ello.  “Aquí no puede quedar ni mancha ni duda siquiera de que este gobierno va a repetir las suciedades que otros hicieron”, aseguró el mandatario.

El presidente y el ministro de Defensa fueron reconocidos como víctimas de las llamadas “chuzadas” del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), el servicio de inteligencia disuelto en 2011. 

El DAS, que dependía de la presidencia, se vio envuelto bajo el gobierno derechista de Álvaro Uribe (2002-2010) en un escándalo por escuchas ilegales a magistrados de la Corte Suprema, opositores y periodistas.

Horas bajas. En el poder desde agosto, el primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia acumula reveses que le han pasado factura a su popularidad. Según una encuesta de Invamer revelada este viernes la aprobación a su gestión pasó de 50% en noviembre a 34% en mayo.

“El impacto de este escándalo es muy fuerte porque hablamos de un gobierno que se presentó como el cambio, como la representación de las y los nadie”, explica a PERFIL la politóloga colombiana Daniela Jara Marlés, de la red latinoamericana No sin Mujeres. “Ahora se apartó de sus cargos a Benedetti y Sarabia, pero el tuit del presidente dice que es mientras se da la investigación, entonces, no se sabe si es definitivo y no se sabe en qué va a concluir la investigación, así que, la crisis sobre este asunto todavía está abierta”, agrega.

Para otra politóloga, María Lucía Jaimes, el tema “no está afectando directamente las bases de apoyo” de Petro, ya que tanto Sarabia como Benedetti no son estrictamente figuras que lo hayan acompañado a lo largo de su vida política. “La impresión de su base es que se rodeó de malas personas. ¿Eso qué quiere decir? Que él es una víctima de todos estos sucesos que han ocurrido en los últimos meses. Entonces, creo que el tema del apoyo y de todos aquellos que lo acompañan en su proyecto político sigue estando intacto, a pesar de los escándalos que se han desatado hasta el momento”.

Petro renovó siete ministros en abril, rompió con los partidos tradicionales y dio un giro a la izquierda, en medio de los obstáculos que enfrentan sus reformas para hacerse realidad en el Congreso. 

Las reformas sociales están paradas en el Congreso y la coalición de gobierno acaba de dinamitar, hasta el punto de que congresistas del partido Alianza Verde presentaron una proposición para archivar la polémica reforma a la salud. Y el presidente, además, mantiene un duro enfrentamiento con el fiscal, con el Consejo de Estado, con la Procuraduría e incluso con la prensa, a quienes atacó con duros tuits.

En un intento de inclinar la balanza a su favor, Petro anunció que el próximo 7 de junio caminará “al lado del pueblo trabajador” en una movilización convocada por centrales obreras en defensa de las reformas. Ese mismo día, Sarabia está citada por el Congreso para que responda por el caso de la niñera, un problema doméstico que alcanzó una dimensión de crisis de gobierno.