Un grupo de trabajadores descubrió una fosa común con los restos de 450 personas mientras realizaban obras viales en el pueblo de Luzino, ubicado en Polonia. Los cuerpos mostraban signos de haber sido sometidos a rituales para eliminar el "vampirismo" que podría sufrir el individuo.
Los cadáveres habían sido decapitados para posteriormente posicionar la cabeza entre las piernas del difunto. Sumado a esto, se colocaba una moneda dentro de sus bocas para sellar el alma de la persona en el cuerpo y para darles dinero que utilizarían para viajar al más allá. Estas prácticas, que eran comunes durante el siglo XIX, eran utilizadas para eliminar la "maldición vampírica".
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En diálogo con el medio local Nadmorski21.pl, el arqueólogo a cargo de la excavación, Maciej Stromski, confirmó el hallazgo: "Descubrimos ejemplos de creencias en los muertos que regresan de la tumba, que solo podían detenerse mediante la decapitación". Asimismo, se halló el "ejemplo de una mujer luego de una decapitación", en la cual colocaron el cráneo de un niño sobre su pecho, y hubo huesos sueltos en tres osarios.
Sumado a esto, el arqueólogo detalló que alrededor del 30% de los restos tenían ladrillos al costado de su cabeza, brazos y piernas, así como que una de las monedas databa de 1846. "Se creía que si un miembro de la familia del difunto moría poco después del funeral, él o ella podría ser un vampiro. Por lo tanto, después del entierro, se excavaba la tumba y se cortaba la cabeza del fallecido, la cual luego era colocada en sus piernas", explicó Stromski respecto al ritual.
Según el medio británico First News, la iglesia ubicada cerca del hallazgo fue construida a inicios del siglo XVIII y se amplió luego de 1945. En algún momento, sus antiguas tumbas fueron liquidadas y se depositaron grandes cantidades de huesos en osarios.
Hallazgo previo y el ritual "antivampiros"
El descubrimiento en Luzino no es el primer hallazgo de tumbas de "vampiros" en Polonia. En ese sentido, en septiembre de 2022 se encontraron el cuerpo de una "mujer vampiro" en el pueblo de Pien.
Durante un trabajo arqueológico en un cementerio del siglo XVII, el grupo descubrió los restos de una mujer que había sido clavada en el suelo con una hoz en la garganta. Sumado a esto, tenía un candado cerrado en la punta del pie izquierdo. Ambas intervenciones fueron realizadas para "evitar que volviera de entre los muertos".
Dichos rituales contra los muertos vivientes se remontan al siglo XI en Europa Central. En aquel entonces, la gente temía que algunos de los cuerpos que estaban enterrados se abrieran camino de regreso a la superficie como vampiros y aterrorizaran a los vivos.
Ante esa preocupación, los individuos recurrían a los diversos rituales para eliminar la "maldición vampírica". Por ese motivo, no es extraño encontrar lugares de entierro en la región donde los cuerpos poseen una barra de metal o una estaca martillada en su cráneo.
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