Aliados en el Parlamento, el conservador Lech Kaczynski y el liberal Donald Tusk disputarán hoy la presidencia de Polonia en una segunda vuelta o ballottage, donde también se juega el equilibrio de la coalición que asumirá el gobierno este mes. El 25 de septiembre, los comicios legislativos dieron a la derecha una victoria aplastante. Ley y Justicia (PiS), el partido de Kaczynski, y Plataforma Cívica (PO), de Tusk, consiguieron en conjunto 288 de los 460 escaños de la cámara baja. Esta semana el electo premier Kazimierz Marcinkiewicz (PiS) anunció que ambos partidos formarán un gobierno en coalición. Pero el resultado de las elecciones de hoy servirá para que las dos fuerzas se posicionen dentro de la alianza, de cara a la negociación de los ministerios.
Tusk encabeza las encuestas con 10 puntos porcentuales de ventaja, pero aún quedaba un gran porcentaje de indecisos. Aunque ambos provienen de la lucha contra el régimen comunista en el sindicato Solidaridad, hoy en día se encuentran en veredas distintas. Tusk, de 48 años, representa al liberalismo moderado, a favor de profundizar los lazos con la Unión Europea. Sus simpatizantes sostienen que su figura significa la modernización de la política polaca, y su mensaje apunta a la transparencia en un país cuya historia está marcada por escándalos de corrupción. Kaczynski comenzó a militar a fines de la década de 1970 en las filas de Solidaridad, y fue perseguido y encarcelado por el régimen.
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En 1989 formó parte de las mesas de negociación que desembocaron en las primeras elecciones cuasi libres que clausuraron la etapa comunista. Durante la década del ’90 se mantuvo alejado de la política, pero en junio de 2000 el primer ministro Jerzy Buzek lo convocó para que encabezara la cartera de Justicia. Luego de dejar el cargo un año más tarde, fundó junto el PiS junto a su hermano gemelo. Su plataforma mezcla ideas de libre mercado con las tradiciones de la Iglesia Católica, institución muy influyente en Polonia. Sus detractores recuerdan cuando, en el año 2002, como alcalde de Varsovia no permitió que se llevara a cabo un desfile por los derechos de los homosexuales.
