El oficialismo sufrió una dura derrota. Perdió en 17 provincias y su desempeño solo fue mejor, en comparación con el 2019, en La Rioja. De producirse un escenario similar en las generales, Juntos por el Cambio podría ser la primera minoría en Diputados y en el Senado se le arrebataría la mayoría por primera vez desde 1983.
Para Alberto son todas pálidas. A mediano plazo su proyecto de reelección pierde fuerza mientras que en lo inmediato deberá decidir si accederá a las presiones de la vicepresidenta con algunos de sus funcionarios en la mira, como es el caso de Santiago Cafiero.
En Buenos Aires ya son varios los reproches de intendentes que se vieron perjudicados. La decisión de bajar 63 listas que deseaban competir en las PASO del Frente de Todos se reluce en un esquema mayor que plantea un conflicto latente entre la La Cámpora y el peronismo tradicional vinculado al peso propio de los intendentes.
En siete de las ochos secciones electorales cayó derrotado y en su bastión por excelencia, la tercera sección electoral, la diferencia fue tan solo de 10 puntos con Juntos que conquistó el 32%.No es de extrañar que este panorama le dé impulso a Fernando Gray en su contienda con Máximo Kirchner por la presidencia del PJ bonaerense.
No solo Buenos Aires dolió. Haber perdido en provincias como Santa Cruz, Chubut, Chaco y La Pampa, típicos bastiones peronistas, encendió la alarma.
Tampoco pudo hacer pie en la zona céntrica, que siempre le costó al gobierno pero que las diferencias se profundizaron con casos como Entre Ríos con un categórico triunfo del ex Ministro del Interior Rogelio Frigerio alcanzando entre las tres listas 51%.
El electorado respondió "esta no es la vida que queremos"
Mapa del sistema de partidos (coaliciones)
A nivel nacional, el 71% del electorado volcó su preferencia hacia el Frente de Todos o Juntos por el Cambio conformando así el mapa bicoalicional que llegó en el 2015 para quedarse.
La gran elección de Juntos por el Cambio, que triunfó en 15 provincias y resultó la fuerza más votada con 8.852.581votos (40%). Obtuvo triunfos en distritos históricamente adversos y al concretarse los triunfos en CABA y Buenos Aires dan pista al proyecto de Horacio Rodríguez Larreta a llegar al Sillón de Rivadavia.
El resultado de las PASO refleja el enojo de la sociedad
El otro contendiente que va a dar fuerza es Facundo Manes quien tiene el desafío no solo de seguir haciendo protagonista al radicalismo sino evitar la fuga del sector del electorado más progresista y esquivo, a priori, al PRO. Su figura de Manes toma impulso en el interior bonaerense pero debe proyectarse más en el conurbano donde Santilli ganó con notoriedad.
Una advertencia. No se debería cometer el error de la linealidad de los resultados. La traslación no es directa y necesita de un acompañamiento. Debería mostrarse una campaña de unidad entre ambos para evitar fuga de votos. Si por el contrario, ambas figuras y estructuras se mostraran distantes en la campaña, la posibilidad de fuga de votos será mayor.
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¿Qué pasa con las terceras fuerzas?
Otra coalición que hizo una gran elección a nivel nacional fue el Frente de Izquierda, que obtuvo 1.294.499 votos (5,85%) y no solo aspirar a retener sino aumentar las dos bancas que ponen en juego. Se consolida como la tercera fuerza a nivel nacional.
Por otro lado el efecto Milei, que obtuvo un importante 13% que le permitiría llegar a una banca e iniciar su carrera presidencial. Pero por el momento, es solo un efecto porteño siendo que su partido en el resto de las provincias tuvo peor performance.
Otro derrotado es Florencio Randazzo. Con escaso margen, esta elección pudo haber sido su sentencia. Curiosamente esta elección mostró que el electorado que no votó a las dos principales coaliciones, se volcó a opciones más extremas que moderadas.
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¿Qué aspectos mirar para noviembre?
En un panorama extremadamente complejo para gobierno es muy probable que su campaña se oriente a contentar a sectores medios y bajos golpeados por la crisis económica y la pandemia. Se espera una conjunto de medidas pero el tiempo realmente es poco y la bronca grande.
Por el lado de Juntos por el Cambio, el escenario es más alentador y el triunfo definitivo dependerá de una estrategia conjunta del espacio como principal reclutador del mal ánimo social.
Ambos tendrán la mira puesta a aumentar su electorado en los electores que aún no participaron (del 67% que lo hizo debería subir de 5 a 10 puntos) más el de aquellos partidos que no superó el umbral o quedan muy lejos de la obtención de la banca.