Las PASO se convirtieron en una derrota para el Frente de Todos, que se explica más por sus derivaciones político-simbólicas que por la cantidad de diputados y senadores que conformarán el próximo Congreso.
Una lectura se regirá por la catarsis de la ciudadanía: El “voto desahogo” es la síntesis de un resultado que se muestra no como una victoria de un partido de la oposición al Gobierno -más allá de la buena performance de Juntos por el Cambio en el territorio nacional-, sino como la caída estrepitosa de una coalición a la que la gente le depositó un enorme caudal bronca y frustración contenida, dentro de las urnas.
¿Pero en qué números se explica la derrota del Gobierno? En primer lugar, en la participación electoral. Algo más del 68% de los argentinos concurrimos a las urnas para dejar nuestro voto, y aunque puede ser un buen piso dado el contexto sanitario del país (y del mundo), es sensiblemente menor al 2017 y 2019.
Frente a las PASO de hace 4 años, hubo una participación promedio de -6%, y si nos vamos a la elección inmediatamente anterior a la de ayer, en octubre de 2019, la participación electoral promedio de entonces fue del 80%. Sí, hubo un 12% menos de votos entre la última elección ejecutiva y la primaria de ayer.
PASO 2021: la magnitud del terremoto político dificulta determinar sus implicancias
Si ponemos la lupa en la provincia de Buenos Aires, donde el sismo se sintió con más fuerza por ser el bastión kirchnerista por excelencia, el Frente de Todos sacó casi 2.800.000 votos. Menos de la mitad que en el 2019, cuando la boleta de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner obtuvo alrededor de 5.300.000 votos.
En 2017, en territorio bonaerense, entre Cristina (entonces Unidad Ciudadana) y Sergio Massa (1País) obtuvieron 48%. Si bien iban en boletas separadas, entre los dos obtuvieron esos 17 escaños que hoy ponen en juego. Si bien estarían resignando 2 diputados, la lectura de la derrota en términos de legisladores es mucho menos ampulosa que la del poder político real y simbólico: haber quedado 5 puntos por debajo de otra fuerza política en un territorio que funciona como marcapasos de la coalición de Gobierno.
El resultado de las PASO refleja el enojo de la sociedad
Cruzando la General Paz, el resultado de la Ciudad de Buenos Aires trabaja en espejo. Rodríguez Larreta obtuvo con María Eugenia Vidal a la cabeza, 840.000 votos (48%). Si bien la victoria a Leandro Santoro, el candidato del Frente de Todos, es contundente, los números no marcan lo mismo. Veamos…
La boleta de la ex gobernadora obtuvo 120.000 votos menos que en las generales de 2017, y casi 300.000 votos menos que en las generales de 2019.
Entre Carrió (Vamos Juntos) y Martín Lousteau (ECO), en 2017, obtuvieron 63% de los votos de la Ciudad. Dicho de otra manera, fueron 10 escaños para la Ciudad. Hoy, Juntos por el Cambio está resignando 3 diputados nacionales por este distrito, y lo hace a manos de terceras y cuartas opciones.
PASO 2021: "Era la moderacion, estúpido"
Quien emerge como el gran ganador de esta primaria porteña, con un techo aún incierto, es Javier Milei. Al cierre de esta columna, el candidato liberal consigue 2 bancas nacionales.
Hacia adelante resta analizar cómo trabajarán los aparatos provinciales, qué poder de reconversión tendrá el Frente de Todos, y en qué medida este voto “desahogo” se reinterpreta en términos de necesidades.
Si el Gobierno se encierra, se abroquela y se enoja con los argentinos por haber votado en contra suyo, habrá seguramente una profundización de este malestar en noviembre. En cambio, si el Presidente y la Vicepresidenta entienden el voto como un llamado de atención por parte de la ciudadanía, y trabajan en consecuencia, posiblemente exista una reacción en las urnas que le de al oficialismo algo más de aire con miras al 2023.
PASO 2021: Mauricio Macri y Cristina Fernández, en el espejo del otro
Las elecciones generales serán en 2 meses, y allí nos encontraremos con una participación electoral mayor, con menos opciones en el cuarto oscuro, y con el resultado de una elección que, si bien no generará grandes cambios en el Congreso, sí incorporará la voz de nuevas opciones. Nuevas vías democráticas para canalizar pedidos y reclamos de la sociedad, frente a un gobierno que tendrá la difícil misión de gobernar sin mayorías, señalado públicamente, y con una billetera raquítica.
*Consultor en Comunicación Política. Percipi Consultora.
